PARÍS. El primer ministro francés, Dominique de Villepin , descartó ayer que el Gobierno vaya a proceder a una «regularización masiva de inmigrantes», al igual que la llevada a cabo por países europeos como Italia o España. Villepin dijo que se trata de una»regla» que el centroderecha no piensa alterar en los ocho meses que restan de legislatura. El jefe del Ejecutivo avisó de que este tipo de medidas conllevan un «efecto llamada» y redundan en beneficio de las redes mafiosas que se enriquecen con el tráfico de personas. Villepin ya mantuvo esta postura cuando era ministro del Interior, periodo en el que tuvo serias divergencias con el Gobierno español por la regularización masiva realizada en nuestro país.

«Hay que respetar la ley. Las autoridades decidirán caso por caso» sobre las peticiones de residencia presentadas por los inmigrantes, afirmó Villepin , durante su rueda de prensa mensual, celebrada en este caso en Troyes

El primer ministro afirmó que la inmigración «es un reto importante para Francia y para la Unión Europea (UE), en cuyo seno la cooperación es indispensable», y pidió a los embajadores galos un mayor esfuerzo para controlarla y ayudar al desarrollo de los países de origen. AGENCIAS