Alemania estrena Gobierno con una política migratoria más dura y menos presión fiscal
Los conservadores y los socialdemócratas pactan un programa para relanzar el país y cumplir compromisos internacionales
Diario Vasco, , 10-04-2025Mes y medio después de las elecciones legislativas anticipadas y acuciados por los acontecimientos internacionales y la necesidad de contar rápidamente con un ejecutivo que represente los intereses de Alemania en tiempos convulsos, conservadores y socialdemócratas alcanzaron este miércoles un acuerdo de coalición para gobernar juntos los próximos cuatro años. La Unión Cristianodemócrata y la Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/CSU), así como el Partido Socialdemócrata (SPD) consensuaron finalmente un contrato para su alianza tras semanas de complicadas negociaciones que comenzaron el pasado 13 de marzo.
«Alemania tendrá un gobierno capaz de actuar y con poder para hacerlo», dijo Friedrich Merz, presidente de la CDU y próximo canciller federal en la presentación del acuerdo en una multitudinaria rueda de prensa en uno de los atrios del Bundestag, donde habló de «clara señal a los ciudadanos y a nuestros socios de la UE». Merz aseguró dirigiéndose a los medios que en el documento elaborado por conservadores y socialdemócratas «no encontrarán mucho de lo que presumían y bastante de lo que no se esperan». El líder conservador subrayó que el lema de su futuro gabinete será «reformar e invertir» y «poner en marcha aquello que Alemania necesita urgentemente».
Visiblemente satisfecho y sonriente por haber alcanzado el objetivo de un acuerdo para una nueva alianza, Merz destacó que el propósito del nuevo gobierno será «aumentar la competitividad de Alemania con la aplicación de un ‘booster’ para la inversión de empresas e industrias en forma de amortización de las inversiones en equipos del 30% anual en los tres años de 2025, 2026 y 2027». Además, el impuesto de sociedades se reducirá un 1% anual en cinco etapas. También se recortará el impuesto sobre la electricidad para la industria al «nivel mínimo europeo» y se rebajará el IRPF de los empleados y autónomos.
Las claves
13
de marzo
fue la fecha en la que comenzaron las negociaciones entre los tres partidos.
15
ministerios
tendrá el Gobierno; seis para el CDU, tres para el CSU y otros seis para el SPD.
En cuanto al tema migración y refugiados, uno de los más complicados de consensuar, Merz anunció, como había prometido en campaña, controles estrictos en las fronteras nacionales, una ofensiva de repatriaciones y deportaciones para peticionarios de asilo rechazados, el aumento del número de países considerados seguros, la suspensión de la reunificación familiar para refugiados subsidiarios y el fin de las llamadas «nacionalizaciones turbo», la concesión de la ciudadanía alemana tras solo tres años de residencia y trabajo en este país que aprobó el gobierno anterior.
Pese a todo, Alemania sigue siendo un país de inmigración, afirmó por su parte Lars Klingbeil, copresidente de los socialdemócratas y posible vicecanciller federal y ministro de Finanzas. «Quien vive aquí, trabaja aquí, quien se esfuerza por integrarse, pertenece aquí», aseguró el dirigente del SPD, que recordó que el derecho de asilo es «intocable» pese al endurecimiento de la política migratoria y de refugiados acordado, aunque destacó que «la migración debe ser ordenada y dirigida», con reglas claras y una actuación consecuente, sobre todo cuando es irregular. «Los talentos, investigadores, empresarios de todo el mundo deben saber que merece la pena venir a Alemania y trabajar aquí», dijo Klingbeil.
«Alemania se enfrenta a retos históricos. Muchas fuerzas, dentro y fueradel país, trabajan contra nosotros»
Friedrich Merz
CDU
Markus Söeder
«El programa es una mezcla de cura de rehabilitación y programa de puesta en forma de nuestro país»
CSU
Lars Klingbeil
«Siempre ha quedado claro que el derecho fundamental al asilo sigue siendo inviolable»
SPD
«Yo tenía razón. Todos estos muchos años de inseguridad se han acabado. Volvemos a antes de 2015», dijo a su vez Markus Söder, presidente de la CSU y primer ministro de Baviera, a la hora de comentar el acuerdo alcanzado en materia de migración y refugiados. Amigo de las metáforas en sus intervenciones, Söder afirmó que el contrato de coalición será un «bestseller», al tratarse de «una mezcla de cura de rehabilitación y programa de puesta en forma y modernización para nuestro país». El líder bávaro anunció que Alemania se «liberará de ataduras» con la iniciativa acordada para reducir drásticamente la burocracia y las normativas y reglamentaciones que ralentizan proyectos e iniciativas.
Política exterior
Bajo el título ‘Responsabilidad para Alemania’, el acuerdo de 146 páginas contempla además, entre otras cosas, el compromiso del país con las instituciones internacionales como la ONU, en la que Berlín aspira a un puesto permanente en el Consejo de Seguridad. Pero también subraya la intención del nuevo ejecutivo de llevar adelante una política exterior y de seguridad común en la UE, a la vez que destaca su apoyo incondicional a Ucrania y su respaldo para que ingrese tanto en la Unión Europea como en la OTAN. Y pese a las actuales discrepancias con Donald Trump, subraya que «las relaciones con Estados Unidos siguen siendo de importancia extraordinaria».
El pacto
Fiscalidad. Reducción del IRPF y el impuesto de sociedades. Precio industrial a la electricidad. Sanciones más rigurosas a quienes incumplan las normas de la prestación social.
Migración. Se mantiene el derecho al asilo, pero se endurecen otros aspectos. Fin de las ‘nacionalizaciones turbo’. Los refugiados con estatus de protección solo podrán traer a sus familias pasados dos años. Hasta ahora era posible tramitar mil ragrupaciones familiares al mes.
Seguridad. El Gobierno tendrá un Consejo Nacional de Seguridad y habrá un servicio militar voluntario.
El acuerdo contempla el reparto de carteras entre las formaciones firmantes, aunque es decisión de cada una de ellas el nombramiento de los titulares y estos se decidirán y anunciarán en días venideros. Seis altos cargos, incluido el de canciller federal en la figura de Friedrich Merz, serán ocupados por la CDU, entre ellos y por primera vez en más de 60 años el ministerio de Exteriores, así como los ministerios de Economía y Digitalización y Modernización del Estado; tres serán para la CSU, que asumirá las carteras de Interior y Agricultura; y seis para el SPD, responsable, entre otros, de Finanzas, Defensa, Medio Ambiente y Justicia. El titular de Finanzas será además vicecanciller federal.
La guerra arancelaria desatada por el presidente estadounidense, Donald Trump, y los esfuerzos por un alto el fuego en Ucrania urgieron a las dos formaciones tradicionales de Alemania a alcanzar un consenso, que deberá ser sancionado aún por los respectivos partidos. En el caso de la CSU bastará con la aprobación por la ejecutiva del partido, mientras los cristianodemócratas deben convocar aún un congreso extraordinario. Más complicado lo plantean los socialdemócratas, que tienen que consultar a sus bases y esperar el voto de la mayoría de sus 360.000 afiliados para dar luz verde a la nueva coalición. Un proceso que comenzará el próximo día 15 y acabará el 29 de abril. Por eso no se espera que Merz sea investido como canciller federal antes del 7 de mayo.
Tras los sondeos preliminares y antes de sentarse a negociar, los partidos de la Unión y los socialdemócratas lograron aprobar en el Bundestag con el decisivo apoyo de Los Verdes un paquete de gasto extraordinario que contempla un fondo de inversiones en infraestructuras de medio billón de euros y el alivio del llamado «freno de la deuda», la ley que prohíbe un endeudamiento anual superior al 0,35% del PIB, para modernizar y equipar al ejército federal que traerá consigo en los próximos años un desembolso mínimo de otro medio billón de euros.
Los dos partidos repiten coalición por quinta vez
La nueva alianza será la quinta coalición de gobierno de conservadores y socialdemócratas en la historia de la República Federal. La primera de ellas, la dirigida por el canciller conservador Ludwig Erhard en 1965, aguantó toda una legislatura. Las tres siguientes fueron todas bajo el mandato de Angela Merkel, la primera, tercera y cuarta legislaturas de la política cristianodemócrata que permaneció más de dieciséis años en el poder. Todas fueron ‘Grosse Koalitionen’ o ‘GroKos’, como les gusta abreviar en este país.
No puede hablarse de gran coalición en el caso de la recién pactada. Ya no son los dos partidos más votados. La ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) fue la segunda formación con más sufragios en los últimos comicios por delante del SPD. Y se ha convertido en una amenaza también para los conservadores. Un sondeo hecho público ayer por el instituto Ipsos situó a AfD ya por delante de CDU/CSU con un 25% de votos potenciales, mientras los conservadores han retrocedido en intención de voto hasta un 24%.
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