Los traidores de Vox
La Vanguardia, , 10-04-2025Difícilmente los dirigentes de Vox podrán decir a partir de la guerra de aranceles que “España es lo primero”. Quien paga manda. El partido de la ultraderecha española aparece ante la opinión pública como un apéndice del amigo americano y esto tiene un precio. Son como los colaboracionistas durante la Segunda Guerra Mundial tras la invasión europea de los nazis.
Este partido, que al fin y al cabo son los nostálgicos franquistas y los residuos de Fuerza Nueva, es una parte importante de la derecha española. Tras la muerte del dictador se habían refugiado en el PP hasta que vieron una oportunidad de brillar con luz propia. Esta apareció con el nacional populismo que como un fantasma recorrió toda Europa y América. Era el momento de escindirse del PP y el de Santiago Abascal, montando un caballo blanco como si fuera Santiago Matamoros.
Y hasta ahora las cosas les habían ido saliendo razonablemente bien. Las encuestas les dan más votos aprovechando el fuerte desgaste del PP de Alberto Núñez Feijóo en su batalla por ocupar el centro político. La clave es hacer mutis por el foro. Sin embargo, el tsunami Trump les ha obligado a salir a la palestra. La fotografía de Abascal como interlocutor de los republicanos en España ya no suma. Tan dañino electoralmente es aparecer como amigo de Putin como de Trump.
Teóricamente el vínculo de Vox con los trumpistas debería favorecer a Feijóo y facilitar el reencuentro de los dos grandes partidos españoles. España, igual que el resto de los países de la UE, se encuentra inmersa en una guerra económica de calado. No puede superarla sin un pacto de Estado entre el partido del Gobierno y el de la oposición. Ha quedado demostrado que el sistema de gobernanza diseñado por Pedro Sánchez hace siete años no es sostenible. Se ha producido un cambio de paradigma en el mundo que hace necesarios grandes acuerdos, no solo políticos sino también sociales. Entre el PSOE y el PP ostentan más del 70% de la soberanía nacional.
Los siete partidos que sostienen al Gobierno socialista solo se ponen de acuerdo en gastar más. Esta alianza es insostenible en una crisis de deuda como la que estamos viviendo en el mundo. Ante los primeros indicios de enfriamiento de la economía española, detectados por el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y por el BCE, se hace necesario soltar lastre, tanto por la izquierda como por la derecha.
El PSOE no puede seguir sometido al chantaje permanente de sus aliados de Sumar y por sus apoyos independentistas de izquierdas y de derechas. Cuando la economía deje de crecer el Gobierno se derrumbará. Lo mismo le sucede al PP: Feijóo sabe que no puede conquistar La Moncloa de la mano de Vox, un partido que ante la UE aparece como un traidor a la causa europea.
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