La salida masiva de inmigrantes hacia Canarias no cesará en los meses venideros, haga lo que haga el Gobierno. Esas son las previsiones del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que compareció ayer en el Congreso para informar sobre las políticas de su departamento en esta materia y responder a las preguntas sobre la «problemática llegada» de indocumentados, los traslados a la Península y los acuerdos suscritos con los países de origen. Su análisis fue poco halagüeño. Según admitió, «queda trabajo por hacer» y, además, «no es presumible que la presión migratoria baje en los próximos tiempos».

El ministro del Interior dio a su discurso un tono premeditadamente realista. De hecho, arrancó con una advertencia: «Es verdad que las políticas de inmigración pueden ayudar a modular cuantitativamente este fenómeno, pero sus fundamentos profundos son siempre los mismos. En el caso de África, lo que estamos viviendo es una auténtica revolución pacífica contra la pobreza». En este marco encuadró las políticas desarrolladas por el Ejecutivo para luchar contra la inmigración clandestina. Se refirió así al Plan África, a las medidas acordadas con la UE para el control de la costa atlántica africana y a los procedimientos de expulsión.

Según Rubalcaba, en lo que va de año se ha repatriado a 52.757 inmigrantes. La cifra, la única novedosa que ofreció, dejó insatisfechos a los grupos parlamentarios y, especialmente, al Partido Popular y Coalición Canaria. La diputada popular Ana Torme reclamó al ministro que la complementara con una referencia: cuál es el número de inmigrantes en España a 31 de agosto de 2006. La respuesta no llegó, porque el Gobierno y las organizaciones sociales reconocen que es un dato casi imposible de calcular. En cualquier caso, el ministro admitió que existen dificultades para ejecutar las repatriaciones, pero se escudó en que es un problema compartido por todos los países europeos.

Lo que sí aportó el responsable de Interior fueron las cifras del número de inmigrantes que han alcanzado en lo que va de 2006 las costas andaluzas y su comparación con los interceptados en Canarias. Según aseguró, la presión migratoria en el Estrecho se mantiene «en los mismos términos que en 2005» con 4.329 inmigrantes ilegales. En el archipiélago, en cambio, se ha registrado un aumento «muy importante»: 19.035 inmigrantes hasta agosto frente a los 2.329 del año anterior.

Más al sur

«De estos datos – señaló – se desprende que una parte de la presión migratoria se ha desplazado desde Marruecos, y en menor medida Argelia, hasta Mauritania y Senegal, fundamentalmente». El análisis implicaría la «eficacia» de las medidas puestas en marcha en «cooperación» con los vecinos del Magreb. Pérez Rubalcaba recordó su reciente viaje a Senegal para ampliar esta experiencia, que, según dijo, ha permitido interceptar a «dos de cada tres inmigrantes que intentan atravesar el Estrecho».

La portavoz del PP rechazó esta interpretación y acusó al Gobierno de hacer «trampas con las cifras» y «tomar el pelo» a los ciudadanos. Torme advirtió además de que la lucha contra las mafias no está siendo eficaz («apenas conocemos desarticulaciones de las redes de tráfico») e insistió en que apenas se están produciendo repatriaciones. «No sé si firman convenios, lo que sí sé es que no los ejecutan a pesar de la ayuda que comprometen a cambio», reprochó, poniendo como ejemplo el caso de Senegal.

El representante de Coalición Canaria, Paulino Rivero, repartió críticas a partes iguales entre los dos partidos mayoritarios, a los que acusó de utilizar el fenómeno de la inmigración como arma arrojadiza. En cuanto a la cifra de repatriados ofrecida por el ministro, se mostró escéptico: «Debe de corresponder a los que han llegado por aeropuertos, porque entre los 19.000 llegados por mar no llega a un 18% el porcentaje de los que han podido ser repatriados».