El pesquero Francisco y Catalina ha llegado esta mañana al puerto de Santa Pola en Alicante, según ha informado Natalia Junquera. La tripulación regresa después de estar faenando durante varios meses en aguas del Mediterráneo. Los 10 pescadores se convirteron en héroes cuando, a mediados del mes de julio, recataron a 51 inmigrantes en aguas de Malta. Las autoridades de este país les tuvieron retenidos en el barco durante una semana. En ese tiempo, tripulación e inmigrantes compartieron espacio y comida, dando todo un ejemplo de solidaridad.

A su llegada a puerto, los tripulantes se han mostrado sorprendidos por el recibimiento. “No nos lo esperábamos”, han dicho nada más pisar tierra. Los 10 tripulantes han sido recibidos por el alcalde de Santa Pola, Miguel Zaragoza, y el conseller de Agricultura y Pesca, Juan Cotino.

El conseller ha destacado la acción humanitaria realizada por la tripulación, que ha calificado como “un acto heroico”. Pero ellos le quitan importancia. “Somos humanos y lo volveríamos a hacer porque es una decisión en la que no influye ni el dinero ni cualquier otra cosa material”, ha dicho el patrón, José Durá. Además, ha reconocido que “lo que hizo el Gobierno de Malta está feo y no lo entendemos”.

La tripulación ha mostrado su agradecimiento y ha confesado que tienen “ganas de descansar”. “Nunca olvidaremos lo que hemos pasado”, dice Durá, al recordar la odisea vivida hace un mes.

Una angustiosa semana

El 16 de julio pasado, estos 10 pescadores poco podían imaginar que la atención de la comunidad internacional se centraría en ellos. Cuando faenaban cerca de Malta, se encontraron con una embarcación con 51 inmigrantes a bordo. Siendo conscientes de que estaban condenados a una muerte segura, no dudaron en subirlos al barco.

Cuando se dirigían al puerto de La Veleta para dejar a los imprevistos pasajeros, las autoridades maltesas se negaron a acogerlos. Tuvieron que permanecer todos juntos en el pequeño pesquero, retenidos durante una semana.

Mientras 61 personas compartían la poca comida que tenían y se acoplaban en cualquier rincón para poder dormir, la comunidad internacional decidía el futuro de los inmigrantes rescatados.

Al final, tras una complicada negociación entre varios países, el reparto se hizo entre Malta, Italia, Andorra y España, que acogió a 29 de los 51 rescatados por el pesquero español.

La tripulación de la embarcación regresó entonces a su actividad y ha estado faenando hasta hoy, día en el que ha vuelto a casa.

Varios homenajes

Ellos esperaban que la historia se hubiera olvidado, pero han comprobado que no es así. A la concesión de la Medalla de Oro de la Cruz Roja se une ahora una subvención de 50.000 euros, que aprobará mañana la Generalitat Valenciana. Un dinero que servirá para paliar en parte las pérdidas sufridas mientras permanecieron en Malta. Esta tarde han recibido la insignia de oro de la villa en un acto celebrado en el edificio consistorial de Santa Pola, al que han acudido familiares, amigos y pescadores.

Con motivo de la llegada de la tripulación, se ha organizado una serie de actos de homenaje, que coinciden con las fiestas patronales en Santa Pola. A mediados de septiembre, el Francisco y Catalina volverá al mar para proseguir con su trabajo en el Mediterráneo.