Los vecinos de la calle Hespérides de la barriada malagueña de Guadalmar pasaron ayer momentos de gran tensión al ver a un niño de cuatro años suspendido de la ventana de un cuarto piso. El menor, de origen extranjero, se encontraba solo en casa y, al parecer, se subió a una mesa cercana a la ventana, que estaba totalmente abierta ,y acabó colgado del alféizar. Su madre, H.H.G., manifestó poco más tarde a la policía que había ido a ver a su marido al Hotel Puente Real, en Torremolinos, donde trabaja.

El suceso ocurrió a las 9 de la mañana cuando varios vecinos del bloque número 17 alertaron del suceso al escuchar los gritos del menor. Los efectivos del Cuerpo de Bomberos y de la Policía Local que participaron en el rescate explicaron a SUR que al llegar vieron al niño «a punto de caerse al vacío». David Plaza, un inquilino de la tercera planta lo sujetó con las manos durante media hora hasta que llegaron los agentes. El rescate no pudo hacerse desde el interior de la vivienda porque la puerta es blindada.Cinco minutos más tarde los bomberos conseguían rescatar al niño con una autoescala desde el exterior del edificio.

El menor, de pasaporte americano y cuatro años recién cumplidos, fue atendido por los servicios sanitarios del Cuerpo de Bomberos, aunque no fue necesaria su hospitalización. Según el sargento de bomberos que efectuó el rescate, «el niño, de carácter muy despierto, sólo se quejó de un pequeño dolor en las piernas por haber estado tanto tiempo apoyado de puntillas sobre la persiana del tercer piso».

La Policía Local se hizo cargo del niño hasta que llegó su madre, una mujer joven de origen peruano que ya estaba siendo investigada por el equipo de Mujer y Menor de la Policía Nacional (EMUME) a raíz de suceso similar ocurrido hace tres meses. Entonces, también fueron los vecinos los que denunciaron que el pequeño se encontraba solo en la piscina comunitaria del bloque, según fuentes del caso.

Los efectivos de la Policía Local que se desplazaron ayer hasta el lugar de los hechos tomaron declaración a la madre y los vecinos que habían sido testigos del incidente, entre ellos el conserje del bloque que manifestó a los agentes que «de vez en cuando la madre dejaba solo al niño para realizar alguna actividad laboral».

El Grupo Escolta de Menores y Atención al Ciudadano (GEMAC) ha dado traslado del expediente a la Policía Nacional para que se una a la investigación que este cuerpo mantiene abierta desde hace tres meses. Ayer tarde se esperaba que tanto la madre como el padre del menor, éste último con pasaporte italiano, prestaran declaración en las dependencias del EMUME para depurar posibles responsabilidades en el suceso. El informe será remitido a la Fiscalía de Menores, como es habitual en estos casos, para que determine si hay incidios de delito, y a la Delegación Provincial de Bienestar Social, por si hay riesgo de abandono. Esta última deberá decidir si retira o no la custodía del menor a sus padres, después del informe que debería aportar el equipo de tratamiento que contacte con la familia, compuesto por un abogado, un sicólogo y un asistente social.