“Sin papeles no podemos trabajar”

Las Provincias, 31-08-2006

Zheikh, un senegalés de 24 años, llegó hace tres meses a las Islas Canarias a bordo de un cayuco y ahora busca un trabajo en la Comunitat la inmigración tiene muchas caras. En muchas playas de la Comunitat Valenciana, estos rostros son negros, tienen su mirada puesta en el continente europeo y sus raíces a miles de kilómetros, en África.


Dejaron a sus familias en Senegal, Mali o Gambia, países de los que miles de personas salieron como esclavos en el siglo XVIII para contribuir a la industralización de Occidente y al eterno subdesarrollo de las entonces colonias.


En busca de un trabajo

La esclavitud fue abolida, pero quedó la explotación y la miseria. A ellos, la necesidad les hizo embarcarse con el viento en contra en busca de un futuro mejor, aunque aquí no han encontrado el paraíso con el que soñaban. “Es muy duro, sin papeles no podemos trabajar, y sin trabajo no nos dan los papeles”, cuenta Zheikh, un senegalés que llegó hace tres meses a Canarias.


Mientras espera desenredar la pescadilla que se muerde la cola, Zheikh, de 24 años, ha optado por recorrer la playa en busca de un comprador de discos y películas piratas, pero septiembre se acerca y cada vez son menos los turistas que disfrutan de un baño bajo el sol.


Para completar los escasos ingresos que obtiene cada mañana, Zheikh también sale de noche por Valencia con la esperanza de que ningún policía se cruce en su camino. Sabe que corre un riesgo, pero la necesidad se impone. “Yo sé que esto es ilegal, pero necesito comer y los CDs (y no las baratijas) son lo único que da dinero”, explica con tono resignado.


Quince euros en un buen día, diez en una jornada normal, no permiten muchos lujos. Él vino para poder enviar dinero a su familia, pero por el momento los beneficios ni siquiera le alcanzan para mantenerse en pie.

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