Belén Funes: “La inmigración no tiene que ser oscuridad, puede ser un lugar de luz”

La realizadora presenta 'Los tortuga', una película que transcurre entre los olivares de Jaén y Barcelona

La Vanguardia, Leonor Mayor Ortega, 17-03-2025

A las personas que dejaban Jaén en los años 60 y 70 para emigrar a Barcelona los llamaban los tortuga porque andaban muy despacio con todas sus pertenencias acuestas. Belén Funes, cuya familia procede de Jaén, ha querido rendir homenaje a los olivareros jienense, pero también hablar de otras muchas cosas como las diferentes formas de abordar la pérdida de un ser querido o las dificultades para acceder a la vivienda en su nueva película, Los tortuga, que compite en la sección oficial del Festival de Málaga.

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Los tortuga narra la historia de Anabel, una chica de Barcelona que estudia Comunicación Audiovisual. Anabel es hija de un olivarero jienense que se instaló en Catalunya y una mujer chilena que trabaja como taxista. La joven, acaba de perder a su padre, se enfrenta a un nuevo problema: un fondo buitre acaba de comprar la finca donde vive con su madre y quiere desahuciarlas. Funes, que consiguió varios premios con su ópera prima, La hija de un ladrón (2019), cuenta en esta entrevista los detalles de su nuevo trabajo.

¿Qué tiene de autobiográfico la película?

Puramente autobiográfico no hay nada más allá de que mi familia es de Jaén y han sido agricultores de olivos . Quise rodar una película que sucediera la mitad en Barcelona y la mitad en Andalucía porque es muy como yo me siento. Nací en Cataluña, pero mi familia es de Jaén. Son agricultores, tienen olivos y los están teniendo que vender a favor de las fotovoltaicas que compran todos los terrenos.

Otros directores como Carla Simón han trabajado con esa idea de la desaparición del campo…

Son dos películas que siguen como caminos muy distintos, pero sí que es cierto que hay algo que forma parte de mi generación de cineastas, que pasa por preguntarnos de dónde venimos y qué pasa con los lugares de los que procedemos. Para mí, se trata entender Andalucía, cómo son las familias, cómo se estructuran, qué tipo de jerarquías existen dentro de las familias. La familia andaluza es muy matriarcal y yo lo he vivido mucho en mi casa.

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¿Cómo es esa Andalucía?

Hay mucho valor, mucho apego a las tradiciones, a subir a la virgen, a cortarse la trenza… Mi familia es defensora de la tradición y mí me la ha inculcado mucho y me la ha hecho saborear mucho.

¿Cómo ve el futuro de los olivares de Jaén?

Soy muy poco optimista con lo que va a pasar con el campo, que se va a convertir en un desierto de fotovoltaicas. Allí ya no se puede vivir. Es muy difícil. Es una tierra muy empobrecida La agricultura es un oficio ahora mismo de muchísimo riesgo porque dependes del clima, del agua, de las tormentas, de la lluvia, las subvenciones…

Eso lleva a la inmigración, que es otro de los temas que aborda tu película…

Quería hablar de la inmigración pero no desde un lugar de soledad o de oscuridad, sino desde un lugar de luz. De alguien que viene de otro país, como es el caso de la protagonista, que es chilena y que es recibida completamente bien en el lugar al que llega, tiene amigas, tiene un trabajo, se enamoró y tuvo una hija.

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Pero luego vive el traume del desahucio…

Me interesaba contar cómo un personaje puede ser doblemente despatriado después de un proceso migratorio. Abandona Chile, se va a vivir a España y se aclimata, pero luego Barcelona se convierte en la ciudad que es hoy en día, que una ciudad que poco a poco está expulsando a sus ciudadanos por la subida de los alquileres y el precio de la vida. No puede regresar a Chile porque allí ya no le queda nada. Sufre una doble despatriación.

Otro de los temas centrales de la película es la diferente manera que tienen las personas de asumir la pérdida de un ser querido…

La hija y la madre viven el duelo de forma diferente. Son dos generaciones. Hay un cambio entre las formas de vivir el duelo, la velocidad del duelo y la forma de entenderlo. La madre representa esa generación donde la muerte todavía es como un tabú del que no se habla. Eres madre y aguantas. La generación de la hija quiere abrazar la fragilidad al entender que forma parte de la fortaleza. En a película aparecen estas dos generaciones, una caminando a una velocidad y la otra a la otra, y son incapaces de encontrarse, de darse la mano.

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