BRUSELAS. La Comisión Europea reclamará a todos los países de la Unión que se impliquen en el dispositivo puesto en marcha en las costas del África noroccidental para frenar los flujos de inmigración ilegal hacia España. El vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Franco Frattini, admitió que el operativo Hera II, coordinado por la Agencia de fronteras (Frontex), no es suficiente para controlar este fenómeno. «Hay que hacer mucho más», señaló. Como primer paso, y según anunció tras su reunión con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se ampliará hasta diciembre la misión que desde hace apenas diez días se desarrolla en aguas de Mauritania, Senegal y Cabo Verde. Es la única medida palpable que logró arrancar la dignataria española a Europa en su cruzada por más recursos.

Frattini – que además de vicepresidente de la Comisión es responsable de Justicia, Libertad y Seguridad – se comprometió a aprovechar la reunión de ministros de Interior y Justicia que se celebrará en Tampere (Finlandia) en septiembre, para «hacer un llamamiento a la solidaridad» de todos los Estados de la UE. Además, aseguró que creará un grupo de trabajo «al más alto nivel político» para establecer una «estrategia conjunta» en cuestiones migratorias. El grupo tendrá carácter permanente y estará formado por seis comisarios. El propio Frattini será el encargado de coordinar su actuación.

Situación «dramática»

«Somos conscientes – afirmó – de las necesidades dramáticas de España». No obstante, sus palabras vinieron acompañadas de una cierta resignación. Según el vicepresidente comunitario, la Comisión no puede por sí sola dar respuesta a estos problemas. De ahí su llamada al resto de los gobiernos europeos. Hasta ahora, tan sólo España, Italia, Portugal y Finlandia participan con medios concretos en el dispositivo de Frontex. Portugal ha aportado una corbeta de 84 metros de eslora; Italia una patrullera y un avión de la Guardia de Finanzas; y Finlandia un avión de vigilancia costera. España es quien más esfuerzo ha invertido en el operativo: un buque, una patrullera y un helicóptero. Estos medios se suman a los que enviará, al margen de la UE, a las costas senegalesas.

María Teresa Fernández de la Vega agradeció la colaboración de estos países. Sin embargo, reclamó una mayor participación. «Les aseguro que si todos los países contribuyen, por pocos medios que aporten, tendremos suficiente», dijo. A esta crítica velada sumó otra más directa: la de lo mucho que tardó en ponerse en marcha el operativo, acordado con Frattini en su última visita a Bruselas, el pasado mayo. A mediados de agosto, cuando arreciaban las llegadas de clandestinos, el sistema Frontex seguía sin funcionar. Tan sólo en este mes han llegado a Canarias 4.772 indocumentados, más que en todo el año 2005. El dispositivo iba a tener una duración de nueve semanas, que ahora se ampliará en dos meses más.

La vicepresidenta primera insistió en que el problema de la inmigración irregular no afecta exclusivamente a países fronterizos como España, Italia, Malta o Grecia, sino a todo el continente. Por eso, hizo una especial llamamiento a los Estados del «centro y norte» de Europa. «Deben convencerse de que somos la frontera sur de toda la UE», insistió. Aún así, ella misma confirmó su decisión de reunir lo más pronto posible a los países mediterráneos para examinar el reforzamiento de las fronteras marítimas.

La número dos del Gobierno español trató ayer de sacar el máximo partido de su viaje y a la entrevista con Frattini sumó otra con la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero Waldner; un almuerzo con el Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Javier Solana, y una reunión con el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso. AFP/COLPISA