Después de esquivar un intento de moción de censura, la alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, ha generado un intenso debate político y social al proponer la prohibición del velo islámico en las escuelas públicas y otros equipamientos municipales de la ciudad. Esta medida forma parte de una reforma de la ordenanza de civismo que también incluye restricciones como la prohibición de jugar a la pelota en espacios públicos. Orriols, líder del partido ultranacionalista e independentista Aliança Catalana, justifica su propuesta aduciendo razones de seguridad y la necesidad de evitar la discriminación de género, calificando el velo islámico como una prenda “misógina y fundamentalista” que vulnera los derechos básicos de las personas.

“Por razones de seguridad y para evitar la discriminación de género, se incluye la prohibición de entrar con casco, pasamontañas o velo islámico en las instalaciones o aulas municipales”, señaló la líder nacionalista, quien dijo que no se aplicaría esta ordenanza a personas con problemas de salud u oncológicos.

Sin embargo, esta iniciativa, que de momento no ha sido tramitada, además de la polémica política suscitada debe hacer frente a importantes obstáculos legales y políticos. En 2013, el Tribunal Supremo español ya dictaminó que los ayuntamientos no tienen competencias para limitar derechos fundamentales como la libertad religiosa, estableciendo un precedente que podría invalidar cualquier intento similar en Ripoll. Además, la oposición local, liderada por Esquerra Republicana (ERC) y el PSC, ha señalado que la propuesta vulnera normas legales e internacionales. Desde ERC han sugerido que, en todo caso, cualquier restricción debería aplicarse a todos los símbolos religiosos y no solo a los vinculados al islam.

A pesar de las críticas y los posibles impedimentos legales, Orriols parece decidida a seguir adelante con su propuesta: “tenemos potestad para aprobar lo que queramos; ya dirán los tribunales si es conforme o no a derecho”. Este desafío legal podría prolongar el debate durante meses o incluso años, mientras se espera un pronunciamiento judicial definitivo.

La propuesta de Orriols refleja las tensiones sociales en torno a la integración de comunidades musulmanas en Cataluña. Orriols y su partido han sido acusados de islamofobia por sus detractores, quienes defienden que el uso del velo es una elección personal y un rasgo cultural legítimo. Por otro lado, los partidarios de la medida argumentan que el islam no es solo una religión, sino una doctrina política incompatible con los valores occidentales, subrayando el carácter supuestamente opresivo del velo hacia las mujeres .

Esta polémica llega en pleno ascenso de Aliança Catalana en Ripoll y en otros municipios de Cataluña. Algunos sondeos indican que si se celebraran elecciones catalanas obtendría diez diputados en el Parlament, por los dos que tiene en la actualidad. Asimismo, Orriols gobierna en minoría tras lograr la alcaldía gracias a divisiones en la oposición. Su partido busca explotar preocupaciones locales sobre inmigración y seguridad, lo que ha permitido a Aliança Catalana romper tabúes políticos y consolidarse como un actor relevante dentro del espectro nacionalista catalán.