Agricultura
Radiografía de los asentamientos chabolistas donde viven miles de jornaleros extranjeros en Almería
El Mundo, , 26-02-2025Inmigración Derriban el asentamiento de Níjar (Almería) en el que vivían 60 jornaleros marroquíes sin ofrecer ningún tipo de realojo a sus moradores
El primer invernadero de plástico, con una superficie de 500 metros cuadrados, se construyó en 1961 en la provincia de Almería, una tierra que gracias a este modelo de producción ha vivido un “milagro” económico que también ha llevado aparejada la aparición de numerosos asentamientos chabolistas en los que residen jornaleros extranjeros.
Comarcas eminentemente agrícolas como las del Poniente o la de Níjar han acogido a miles de migrantes, muchos de ellos llegados en patera, que bajo plástico han intentado labrarse un futuro mejor, aunque la falta de alternativas residenciales ha sido tradicionalmente uno de los principales problemas para este colectivo.
Según el informe ‘Derechos Humanos en la Frontera Sur 2024. Las fronteras internas en Andalucía: las vulneraciones de derechos en los asentamientos de Huelva y Almería’, de la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), unas 16.300 personas con una situación laboral “en la opacidad” trabajan en el sector agrícola almeriense.
La APDHA señala que, según los datos de la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía (2022), en Almería hay un total de 32.800 hectáreas cultivables, de las cuales, los municipios de Níjar y El Ejido cuentan con un 18 y un 39 %, respectivamente (6.087 Níjar y 13.112 El Ejido). Ambos son los más afectados por el chabolismo.
Por su parte, el informe ‘Situación de las personas residentes en asentamientos agrícolas en Andalucía: Hitos desde 2023’ de Andalucía Acoge, indica que en los poblados chabolistas en los que trabaja Almería Acoge en Níjar viven unas 3.537 personas, de las cuales 3.038 son hombres y 499 son mujeres. Entre estas personas se encuentran 83 menores, que están escolarizados.
En la resolución remitida este lunes al Ayuntamiento de Níjar por el Defensor del Pueblo Andaluz para reclamar que actuase ante el desalojo de este martes en el poblado del Cortijo El Uno de San Isidro, se indica que en este municipio perviven unos 32 asentamientos chabolistas y “se ha podido comprobar que algunas de esas personas llevan más de 15 años asentados en estos núcleos”.
El director de la delegación en Almería del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), Daniel Izuzquiza, ha acompañado durante toda la mañana de este martes a los migrantes del Cortijo El Uno, y ha explicado en declaraciones a EFE que “en número redondos, en la actualidad puede haber en Níjar unos 40 asentamientos con 1.500 personas en ellos”.
“Formamos parte de la Mesa del Tercer Sector y allí realizamos un seguimiento de los asentamientos. La última cifra era algo superior a los 40 poblados, pero ha habido algunos derribos en los últimos meses”, ha precisado.
“Yo suelo decir que además hay que hablar de otra realidad, que es la de los cortijos abandonados, casetas de aperos o algún tipo de habitáculo que hay dentro de los invernaderos, o todo ese tipo de cosas que serían infraviviendas rurales, pero que no configuran un asentamiento y esa es una población muy difícil de definir, pero en total nos estaríamos yendo muy fácilmente a los 3.500”, ha manifestado Izuzquiza.
“Ahí no entra otro tipo de infravivienda urbana, que es el caso más claro, que en Níjar hay muchísimas, con garajes habilitados como vivienda, que a veces tienen hacinamiento, falta de ventilación, en el mismo sitio tienen la cocina y el dormitorio, apenas tienen un baño…”, ha apuntado.
Por su parte, el presidente de Cepaim en Almería, Juan Miralles, ha dicho que en El Ejido y Níjar ya apenas quedan grandes asentamientos como los de antaño. “La diferencia es si hay o no hay alternativas de antiguos cortijos o casos de campo, aunque este semiderruida”.
“Donde hay una infravivienda, si está en el campo, lo seguimos llamando asentamiento, y esa infravivienda normalmente se acompaña de otras chabolas pegadas a la ampliación de esa construcción. Y donde no hay ni siquiera la infravivienda, se construye la chabola directamente”, ha declarado.
Miralles ha añadido que “en otras zonas como en Roquetas hay lo que llamamos asentamientos verticales en edificios, en zonas concretas, en infraviviendas, pero sigue siendo la misma el perfil de las personas. Eso no cambia, lo que cambia son las posibilidades que hay de fabricar o de recuperar un espacio, un techo, sea de plástico o viejo de obra”.
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