El desalojo de Níjar revela el total "desamparo" y la "hiperprecariedad" de los jornaleros de Almería

Ninguna administración atiende a los habitantes del asentamiento del cortijo del Uno a pesar de los avisos y alertas de las ONG y el Defensor del Pueblo.

Público, Raúl Bocanegra, 26-02-2025

o) reveló a Efe que residían en el Cortijo El Uno desde hace diez años. “Mis hijos están empadronados, toda mi familia está empadronada aquí. Mi marido está trabajando aquí. Estamos dispuestos a pagar un alquiler que hemos estado buscando muchísimas veces", abunda.

De acuerdo con los datos de la Tesorería General de la Seguridad Social de 2024, en Almería el 59% de las afiliaciones de personas extranjeras se producen en el sector agrícola. “No existe ningún dato oficial (ni oficioso) de cuantas personas en situación irregular pueden estar trabajando en el campo andaluz, pero por el número de hectáreas en explotación y la necesidad de entre 3 y 5 trabajadores por hectárea se podría estimar que, solo en la provincia de Almería, hay más de veinticinco mil trabajadores sin contrato ni derechos laborales bajo el plástico de los invernaderos”, estima APDHA.

En Almería, el chabolismo, como recogen distintos estudios, a lo largo de los años, está cronificado. Se han levantado los asentamientos en paralelo al crecimiento de las hectáreas en producción y en medio de una total “falta de previsión de los empresarios agrícolas y las instituciones públicas en adaptar las necesidades de servicios públicos y vivienda a las miles de personas trabajadoras que se fueron incorporando a la producción agrícola”, recoge APDHA.

Esto, el abandono, “ha provocado que parte de las personas migrantes trabajadoras en el campo establezcan su residencia en los alrededores de las explotaciones, configurando barrios informales o chabolistas, asentamientos, de diversos tamaños y nacionalidad de sus habitantes”.

El derribo del cortijo del Uno es el cuarto que se produce desde 2023 en la zona. En tan solo uno de ellos, Cañaveral, existió alguna opción de realojo. En los demás, Walili y Megasa, el desamparo y abandono fue el mismo que el de este martes: total.

“Ha existido una lealtad institucional de todas las ONG que estamos en la mesa de vivienda en Níjar. No aprovechar el conocimiento para colaborar frustra una confianza. Y más en estos tiempos, en los que da la sensación de que todo se resuelve con policía: así no se construye conciencia”, remacha Miralles.

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