La pujanza de Aliança Catalana, con su nacionalismo extremo y anti inmigración, descoloca a Puigdemont
Junts abortó la moción de censura a Orriols en Ripoll para no victimizarla y reforzarla
El Mundo, , 24-02-2025El municipio de Ripoll, de apenas diez mil habitantes, y que se agarra a su pasado de «cuna de la Cataluña vieja», mientras languidece por el efecto centrifugadora de Barcelona, desde el 2017 ostenta un inesperado protagonismo en la política catalana. Primero, por el atentado yihadista en las Ramblas de Barcelona, perpetrado el 17 de agosto de aquel año por un grupo de jóvenes del pueblo de origen magrebí. Y desde las pasadas elecciones municipales y autonómicas, por la emergencia de un partido independentista, Aliança Catalana, liderado por Sílvia Orriols, que plantea en público y sin reparos tácticos un pensamiento identitario que destila la esencia del excluyente nacionalismo catalán de toda la vida.
En paralelo a la emergente nueva derecha identitaria en Europa y el regreso del trumpismo, un espejo en el que se mira Jordi Aragonès, el principal ideólogo de Aliança y primo del ex president Pere Aragonès, la nueva formación ha sacudido el espacio nacionalista con un discurso de extrema dureza contra la inmigración, especialmente la musulmana, sazonado de críticas a la Unión Europea y el «globalismo», y un desprecio sin cuartel a los partidos del procés Junts, ERC y CUP. Los acusa de haber traicionado al pueblo catalán con su cobardía frente a España.
Conectando con la demanda de lo que resta en pie de la desilusionada base social del procés, Aliança aboga por retomar la senda de la unilateralidad y que el Parlament y la Generalitat apliquen desde ya la declaración de independencia de 2017. Así, Orriols se eleva como la principal voz del separatismo irredento, mientras que la lejana figura de Carles Puigdemont va quedando desdibujada al no poder regresar a Cataluña.
La pujanza de Aliança, que gana reconocimiento social y sube en los sondeos algunas encuestas de partidos les dan 10 diputados, forzó a que Junts esta semana decidiera abortar a última hora la moción de censura a Orriols y que estaba pactada con el PSC y ERC. Fue Puigdemont quien desestimó esta opción, que habría de entregar la alcaldía a los socialistas, por el temor de que muchos de los votantes de Junts no la entendieran.
Cada vez hay más voces en el espacio neoconvergente que se sienten identificados con un discurso de Orriols que recupera y actualiza todos los hitos identitarios del nacionalismo catalán conservador: el rechazo al extranjero que pone «en peligro» la identidad catalana, la mirada victimista, un catolicismo de matriz carlista, la obsesión antiespañola, la defensa del aislacionismo «nosaltres sols»…
La dirección de Junts temió que la moción de censura a Orriols, quien obtuvo el 30% de los votos en las pasadas municipales, acabara teniendo el efecto contrario del esperado: victimizar y reforzarla como referente del nacionalismo catalán más puro en el Parlament, que es hoy por hoy el principal altavoz de Aliança.
“No hacerla una mártir”
«No era cuestión de hacerla una mártir, no teníamos más opción que acotar su radio de acción y aislarla en su pueblo», afirman fuentes de la dirección de Junts, partido al que ERC y la CUP acusan de «legitimar la ultraderecha» al desbaratar el cordón sanitario en Ripoll. De hecho, igual que hacen otros líderes populistas europeos como estrategia electoral, Orriols se presenta como la candidata en contra del sistema catalán y español, una proscrita a la que se le niegan los altavoces y tribunas.
Esta duda de Junts de cómo afrontar el creciente protagonismo de Aliança, sumarse al rechazo general contra la extrema derecha o, al contrario, tender algunos puentes como propuso recientemente el ex presidente Artur Mas, es vista por el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, como una oportunidad de erosionar a los de Puigdemont. De reducir su espacio político, y limitar sus opciones de articular una mayoría absoluta nacionalista tras las próximas elecciones, al fomentar el crecimiento de Aliança confrontando con Orriols en el Parlament y los medios de comunicación, al mismo tiempo que exige a Junts que no pacte con «la ultraderecha».
Una fórmula que es parecida a la utilizada por Pedro Sánchez con el PP y Vox en el Congreso para evitar una coalición de derechas, y que tras las próximas municipales pondrá a Junts en la tesitura de decidir si pacta con Aliança algunas alcaldías importantes u opta a que las gobierne el PSC.
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