En las últimas semanas he analizado el alumnado de varios colegios de Ferrol y Narón. Lo hice poniendo también corazón. Busqué entre el maravilloso espectáculo de niños, tan iguales como diferentes, algo que me permitiese comprobar la presencia en sus aulas de un notable número de hijos de inmigrantes , que nacieron o llegaron a España y ya son ciudadanos de pleno derecho. Y, al verlos, siento que ellos conformarán la España joven que necesitamos. Y debemos mirarlos con ojos de acogida porque, además de esa esperanza de un Ferrol (envejecido al máximo) más joven, ellos podrán ser, en lo general, parte de la solución del envejecimiento de la población que supone un serio peligro para la sostenibilidad del Estado del Bienestar y de las pensiones en particular.

Ver a tantos niños (con rasgos que evidencian diferentes orígenes) sonrientes o enfurruñados, es una muestra de que la población infantil y adolescente es un pequeño mundo multicultural y multirracial en crecimiento, que convive en la escuela sin aparentes problemas. Pero, sin profundizar en un asunto tan complejo, quiero significar que se confirmó mi información del crecimiento del alumnado en Infantil y Primaria en nuestra ciudad y de los problemas que genera la falta de un plan de enseñanza para estos alumnos que presentan, en relación con los de su edad, un déficit serio en conocimientos y competencias. Me constan las dificultades y el esfuerzo de un profesorado que carece de los medios para abordar el problema y que esos niños puedan tener igualdad real de oportunidades. Y, lo primero es: ¡Quererlos!