Frontex, o cómo no abordar los retos de la inmigración
Gara, 31-08-2006La vicepresidenta del Gobierno español, Maria Teresa Fernández de la Vega, regresa de Bruselas con la palmada en la espalda del vicepresidente de la CE, Franco Frattini, y un compromiso global de la UEpara ampliar sus esfuerzos en contra de la «inmigración ilegal». El Gobierno español pide patrulleras y le darán patrulleras. Así de escasa es la gestión política que el Ejecutivo español y sus socios europeos hacen de la cuestión de la inmigración. Europa, protagonista de todas las «conquistas» y los saqueos imaginables, trata de presentarse hoy como una fortaleza sitiada. El lenguaje se militariza para ocultar un problema político con un coste humano insoportable, mientras que las palabras se hacen de terciopelo cuando se trata de describir otra llegada de personas mucho más masiva y mucho más condensada en unas épocas del año, como es la de los turistas, cuyas cifras desbordan con creces a las de los inmigrantes en Canarias… sin que nadie hable de asalto, invasión, y menos aún de colapso de infraestructuras. Europa propugna la libre circulación de capitales, pero responde con planes Frontex a la llegada de gentes a las que la colonización primero y la globalización después han privado de una vida digna en sus países de origen. -
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