editorial
Inmigración: ideas, leyes y dinero UE
El Gobierno ha lanzado una ofensiva diplomática para hacer ver a la UE que la inmigración ilegal «debe abordarse de forma conjunta e integral». Bruselas ha hecho saber que no hay más dinero para esa actuación.
Diario de Navarra, 30-08-2006SERÍA dramática ceguera no considerar y tratar la inmigración como uno de nuestros asuntos fundamentales, con independencia de la oleada de cayucos que arriban a las costas canarias. Hemos visto y oído de todo, pero apenas nada inteligente, realista y a la vez, si es posible, generoso. En todo el mes no se ha sabido de los titulares de Exteriores, Trabajo o Sanidad, ni de los ministros encargados de la coordinación territorial.
En lugar de Moratinos, Rubalcaba fue a Senegal y ayer la vicepresidenta viajó a Finlandia. A falta de gestiones efectivas, vamos a dar sensación de que nos movemos. Si no fuera por la Diputación Permanente del Congreso, que ha llamado a capítulo a algunos ministros, parecería que el Gabinete lo forman tres o cuatro. La inopia improvisadora del Gobierno ha recurrido al reparto clandestino, y acaso también avieso, de extranjeros indocumentados por la península, y toda la oposición exige responsabilidades al Ejecutivo por la avalancha inmigratoria, pero su crítica no comporta ni una idea. No puede ser el camino. Estamos ante un problema grave de todos, no del Gobierno.Han comenzado a escucharse protestas contra la gruesa falta de solidaridad demostrada por la UE, sin dinero para atender esta emergencia que los Veinticinco no sienten como propia. Ayer alguna voz obsequiosa afeaba esta conducta, cuando España se muestra generosa con la fuerza de interposición en el Líbano. Mejor será no mezclar las cuestiones. El caso del pesquero en aguas libias, pero cerca de Malta, dejó en claro qué piensa la UE sobre la actitud legal de España frente a la emigración. Fruncieron el ceño, les pareció imprudente, pero no pudieron oponerse. Más que de «efecto llamada», deberíamos hablar de si es posible cumplir esa Ley de Extranjería. Sólo a nuestro cargo, parece que no.Texto en la fuente original
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