EL RETO DE LA INMIGRACIÓN
Una ONG denuncia una paliza a un menor marroquí que intentaba llegar a España
El chico, de 17 años, pudo ser golpeado por los guardias privados que vigilan que nadie emigre desde el puerto de Tánger
La Vanguardia, 30-08-2006CARLA FIBLA – Corresponsal RABAT
Abdelgani fue repatriado a Marruecos en el mes de marzo por el Gobierno español y desde entonces sólo intenta volver
- El domingo por la tarde Abdelgani se escondía entre los contenedores alineados en el puerto de Tánger y recorría los puntos habituales desde los que los marroquíes divisan un autobús o un camión en el que colarse clandestinamente para pasar a España. Fue sorprendido por agentes de la empresa privada que vigila el puerto de Tánger, según su versión, aunque, según la de la ONG Drari, fue golpeado. Abdelgani fue devuelto en marzo por España a Marruecos.
“Me cogieron y empezaron a darme con un palo, me pegaron en la espalda, en la cabeza; luego dejaron que dos perros me mordieran los pies”, explica Abdelgani a La Vanguardia.El chico, acompañado por Simo, un educador social, y por miembros de Drari, fue ayer trasladado al hospital de Tánger para comprobar el estado de sus heridas y comprobar si ha sido infectado por los perros.
“Ellos no pueden detenernos, pero hace meses que ayudan a la policía.
Nos persiguen, nos pegan y luego nos entregan para que nos alejen de la ciudad", explica Abdelgani.
“Como la policía está muy ocupada en esta época del año – explica el educador Simo- han contratado a guardias de seguridad para los cuatro controles que hay para entrar en el puerto. Ahora siempre hay un policía junto con un agente de seguridad, y estos últimos son los que se encargan de los que entran en el puerto para intentar emigrar”. “Tienen al menos siete perros – prosigue- y, cuando ven a los niños, los sueltan para que les alcancen y cuando el perro coge a un niño los agentes le pegan patadas en la cabeza, en todo el cuerpo y luego lo llevan a la comisaría de la entrada del puerto”.
Fuentes oficiales marroquíes no se pronuncian sobre si, como denuncian los chicos a través de la ONG, los agentes de seguridad están actuando como policías persiguiéndoles y golpeándoles. Sólo dicen que el trabajo de los agentes que acompañan en los puestos de vigilancia a la policía marroquí se limita al control de acceso y salida del puerto.
La vida de Abdelgani cambió el pasado 9 de marzo, cuando la policía española acudió al centro de menores en el que llevaba más de un año estudiando y aprendiendo marroquinería, para devolverlo a Marruecos. Tras ofrecer una feroz resistencia de más de tres horas en las que llegó a descolgarse por una ventana con una sábana, Abdelgani fue retornado sin que se escuchasen sus súplicas para quedarse en España ni se considerase la precaria situación económica de su familia en Beni Melal (interior del país).
Al traumático retorno, agravado por la reacción de rechazo de familiares y amigos al comprobar que volvía a merodear por las calles de Tánger, Abdelgani se repuso como pudo. Una vez visitada la familia regresó a Tánger para malvivir en la calle y esperar su momento para volver a cruzar el Estrecho. Este verano logró llegar hasta Algeciras pero, como explica el chaval, de 17 años, en una conversación telefónica desde Tánger, le cogieron y pocas horas después volvió a encontrarse en territorio marroquí.