La luz de Ayoub, el bebé milagro de Karima y Mohamed al que miman sus "abuelas españolas" en Vega de Villalobos tras 18 años sin niños
La llegada de Ayoub ha revolucionado al pequeño pueblo, uno de los 35 de Zamora que corre riesgo de desaparecer al tener menos de 100 habitantes. Con varias abuelas 'postizas', como Piki y Tomasa, que vigilan que no le falte de nada, los vecinos no comparten las palabras de Rocío de Meer, la diputada de Vox que ha tildado de "tenebrosa" la noticia al ser sus padres marroquíes. En la zona la inmigración está asentada y nunca ha generado problemas de convivencia
El Mundo, , 17-02-2025Son las dos de la madrugada en Vega de Villalobos. Un llanto procedente de una casa de la calle Cementerio altera el silencio de esta pequeña localidad zamorana con tanta historia fue fundada por los reyes leoneses en la Alta Edad Media como pocos vecinos 91 habitantes en verano, 50 en invierno. Es el de Ayoub, el primer recién nacido que se deja oír en la zona en 18 años. Un acontecimiento tildado de «tenebroso» por la diputada de Vox Rocío de Meer. Pero considerado «un milagro» para Karima y Mohamed Bahari, una pareja de inmigrantes marroquíes que llevaba una década intentando ser padres. Y «un rayo de luz» para los vecinos de un pueblo en riesgo de desaparición.
«¿Necesitáis algo? Si hace falta voy al supermercado en Villanueva» es el mensaje que Piki, una vecina de 60 años, manda a los padres primerizos cada mañana. Pidan algo o no, ella se acerca todas las tardes a ver a Ayoub, como si de un miembro de su familia se tratase. No es la única. Tomasa recorre cada día los tres kilómetros que separan su casa, en Villalobos, de la cuna del recién nacido. «Tomasa está aquí con nosotros desde el primer día. Me ha acompañado a las revisiones, ha entrado conmigo al médico. Nunca nos ha dejado solos», destaca Karima. «Ellas son sus abuelas españolas», resalta Mohamed.
Las horas de esplendor del pequeño Ayoub, de apenas tres semanas de edad, se producen entre las 1 y las 4 de la madrugada. En cambio, durante el día se hace rogar para quienes quieran ver abiertos sus grandes ojos: «Lo que le gusta es dormir y dormir. Por las mañanas parece que no hay niño», dice la orgullosa madre, que no se lo quita de los brazos.
Mientras, Mohamed no para de recibir llamadas. Muchas son de su familia de Marruecos. Otras, de sus compañeros ganaderos. Pero también se dirigen a él desde Galicia, Asturias o el País Vasco. Tal expectación se debe a que todos los censados en Vega de Villalobos comparten dos grupos de WhatsApp en los que se va notificando todo lo que ocurre en el pueblo. Ambos chats sufrieron un terremoto a las 18:50 horas del 22 de enero, cuando se anunció que Ayoub había venido al mundo en el Hospital Virgen de la Concha de Zamora. «¿Cuánto pesa?» fue una de las primeras preguntas. «Tres kilos y 15 gramos», escribió entonces y rememora ahora su progenitora, que acaba de vestir al pequeño con un conjunto idéntico al que lleva ella.
Karima, con el pequeño Ayoub, de tres semanas de edad.
Karima, con el pequeño Ayoub, de tres semanas de edad.JOSÉ AYMÁ
Ayoub ha sido un bebé «muy buscado», pero su llegada al mundo no ha sido sencilla. En 2017, Karima acudió a diversos médicos después de tres infructuosos años intentando quedarse embarazada. Tras escuchar a diversos especialistas, optaron por un tratamiento de fecundación in vitro. Destinaron 10.000 euros de sus ahorros y los de su familia para ello. El proceso, efectuado en una clínica privada de Madrid, convirtió cada visita en una odisea. «Salíamos de Vega de Villalobos a las 4 de la madrugada. Muchas veces teníamos que unir al viaje en coche, el tren y el autobús. Y la mayoría de las veces acabábamos llegando a casa a las nueve de la noche», señala Mohamed. Los médicos pudieron extraer a Karima 12 óvulos, de los que seis pudieron ser fecundados y considerados viables para la transferencia. La joven suspira al recordar los momentos más duros: en 2021 sufrió un aborto a las cinco semanas de embarazo que pareció truncar su esperanza . Pero no desistieron. Cambiaron a un centro público de Valladolid y lograron que la inseminación llegara a buen puerto.
La luz del techo parpadea en la modesta casa de la calle Cementerio a la que se mudaron hace nueve años. Mohamed fue el primero en llegar a España, procedente de su Nador natal. Empezó trabajando en Murcia, donde permaneció ocho años ocupado como agricultor en el municipio de San Javier. Pero allí era «prácticamente imposible» conseguir que se instalara legalmente Karima, natural de Oujda, con quien se había casado en 2014. «Necesitaba un contrato de trabajo con un salario digno, y no lo tenía», lamenta Mohamed. En Vega de Villalobos, en cambio, todo fueron facilidades: le ofrecieron un trabajo legal en una ganadería.
Antes de llegar a España, Karima se sacó la carrera de Economía y el carné de conducir, que aún no ha podido convalidar. «En todos los sitios hay pros y contras, cosas buenas y malas», razona. En Vega de Villalobos no hay farmacia, ni supermercado. Tampoco bares. Para muchas gestiones sencillas deben conducir 25 minutos hasta Benavente. El pediatra de Ayoub está en Villalpando. Y cuando quieren ir a comprar cualquier detalle que se les haya olvidado, deben acudir al pequeño supermercado de Villanueva del Campo, a ocho kilómetros. «Aquí sin coche no haces nada. No tienes nada», dice Mohamed, que reclama más transporte público para la zona. A cambio, Vega de Villalobos les da una «tranquilidad» sin igual. «Los que vivimos aquí sentimos mucha seguridad, todos nos conocemos. Puedes dejar el coche con las llaves puestas, la puerta de la casa abierta o un dinero en la ventana si alguien tiene que traerte un pedido y no estás. Lo importante no es vivir en una gran ciudad, sino en un sitio donde estés feliz», afirma el orgulloso padre de familia, que no para de mirar a su Ayoub, que tras tomar el biberón que le ha preparado, duerme relajado. «Está borracho de leche. Y es un angelito», señala.
Vega de Villalobos es uno de los 35 municipios zamoranos en riesgo de desaparición por no llegar al centenar de habitantes. Aparte de la falta de servicios, el agua, la niebla y el hielo imponen en invierno. Pero la temperatura primaveral de la que goza en verano reconforta y atrae. «Cuando llega el buen tiempo, nos llenamos de niños», presume Rebeca Navia, la joven alcaldesa de Vega de Villalobos. Un colorido mural en la calle del Cristo luce las palmas de las manos y los dibujos arcoíris, corazones, caras sonrientes de Sofía, Iker, Gloria o Abel.
Tres caballos pastan en la entrada de Vega de Villalobos (Zamora).
Tres caballos pastan en la entrada de Vega de Villalobos (Zamora).JOSÉ AYMÁ
Aumentar la población
Para su primer mandato, Navia aspira a que muchos de los menores puedan quedarse en temporada escolar. Y que los jóvenes que aún no se han ido, caso de los veinteañeros Noelia e Iñaki , no sientan la tentación de hacer las maletas rumbo a Valladolid, Madrid o Zamora. «Ellos dos tienen coche y se pueden desplazar. A veces es difícil vivir en un pueblo pequeño como el nuestro, pero yo lucho para que tengan cada vez más facilidades. Todo lo que pueda hacer por los vecinos, lo haré», afirma la edil del PP, que compagina el cargo con otro empleo.
En esta población de Tierra de Campos, donde todos los vecinos se han volcado para que a Ayoub «no le falte de nada», han sorprendido las palabras de Rocío de Meer, la diputada nacional de Vox que escribió en su perfil de la red social X antiguo Twitter que «el futuro de este país es tenebroso» en relación a una noticia sobre el nacimiento del pequeño. Curiosamente, en las pasadas elecciones municipales, prácticamente todos los votos del PSOE (18) pasaron a Vox. Los socialistas se quedaron con un sólo voto, mientras que el PP mantuvo su mayoría absoluta con 40 votos y tres concejales. «Karima y Mohamed se han integrado muy bien. Hubo una gran acogida. Son buena gente, una buena familia. Nosotros invitamos a que cualquiera venga a vivir a nuestro pueblo, da igual de donde vengan», destaca Navia.
En el presente siglo, Vega de Villalobos ha perdido un tercio de su población. En la actualidad, aparte de la familia Bahari, en el pueblo viven dos vecinos procedentes de América y otro de Europa. Los extranjeros no suponen ni el 5%, en contraste con lo que ocurre con la vecina Villalobos, donde alcanzan el 22%, muchos procedentes de Bulgaria y Rumanía, pero también de Sudamérica y el norte de África. Tampoco se registran problemas de integración: hasta las monjas clarisas del Convento de la Asunción alquilan una vivienda a una familia marroquí.
De Meer ha insistido en sus palabras. «El futuro no es tenebroso porque nazca un bebé: siempre es una alegría y una esperanza en cualquier sitio del mundo. Pero el futuro de este país es tenebroso cuando hay pueblos en España en los que hace 20 años que no nace un solo español. Eso significa que falta esperanza y alegría en todos esos pueblos», manifestó el viernes. La parlamentaria de Vox considera que «en lugar de hacer políticas de natalidad se ha optado por importar masivamente los hijos de otros, de otras culturas que nada tienen que ver con la nuestra, de otras ideologías que amenazan nuestra libertad».
La plataforma Acción Contra el Odio ha presentado un escrito de denuncia ante la Fiscalía Provincial de Zamora para que investigue un posible «delito de odio» de la parlamentaria. La denuncia ha sido tramitada por Joaquín Urías, jurista y ex letrado del Tribunal Constitucional y pide a la Fiscalía de Zamora que investigue el posible delito de un comentario que tiene «un objetivo evidente, demonizar al colectivo de personas musulmanas que viven en España». La plataforma espera que el Congreso conceda el suplicatorio para investigar el posible delito, al ser De Meer aforada.
Karima y Mohamed se mantienen ajenos al rifirrafe político. Se limitan a señalar que frente al Ayuntamiento de Vega de Villalobos hay un parque infantil que «siempre está desierto». Desean que dentro de poco pueda ser disfrutado por Ayoub. También por sus primos, los dos niños del hermano de Mohamed, que se ha instalado con su familia en Villalobos. Y también, por qué no, por un futuro hermanito o hermanita de Ayoub. Ellos lo van a intentar. Es su receta para frenar el invierno demográfico de los envejecidos pueblos de Zamora.
(Puede haber caducado)