“Solo AfD puede salvar a Alemania”, afirmaba hace unos días Elon Musk, mano derecha de Donald Trump y el hombre más rico del mundo. “Hoy me he reunido con el futuro de Alemania”, ha asegurado este miércoles Víktor Orbán tras recibir en la capital húngara a Alice Weidel, líder de Alternativa por Alemania (AfD).

El capitán del Fidesz se convierte en el primer mandatario europeo en bendecir a la extrema derecha germana, aunque le mantiene la puerta cerrada para que el partido forme parte de Patriotas por Europa (PfE), la familia europea que acoge a Vox, Le Pen y Orbán.

El líder magiar ha arropado a la extrema derecha alemana a escasas dos semanas de la celebración de las elecciones germanas. AfD llega a los comicios en su mejor momento. Los sondeos le anticipan la segunda posición por delante de los socialdemócratas de Olaf Scholz aglutinando al menos el 20% de los votos.

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La formación, acusada de contar con miembros que blanquean el nazismo, ha hecho de la crisis energética, el discurso anti-inmigratorio y la débil situación económica que atraviesa la locomotora alemana, lastrada por la recesión, su máquina de votos.

“Todos los puntos importantes del programa de AfD beneficiarían a Hungría, desde la inmigración hasta la política energética. Y todo lo que representa sería bueno para Hungría [mientras que] la UE está en serios problemas”, ha asegurado en conferencia de prensa conjunta el líder del Fidesz. “Agradezco su política de cordura por luchar por la libertad de las naciones. Estamos felices de seguirle en este camino. Eres un modelo a seguir para nosotros”, le ha dedicado Weidel.

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Sin embargo, hasta hace relativamente poco tiempo, Orbán había repudiado a AfD. La propia Marine Le Pen los expulsó el año pasado de la formación del Parlamento Europeo Identidad y Democracia (ID) por considerarlos demasiado radicales. Orbán ha llegado a señalar en una entrevista que el partido alemán tiene en sus filas a “algunos locos”.

Pero el primer ministro húngaro es un animal político. Y entre sus habilidades destaca el pragmatismo. Hasta la fecha, AfD era un partido residual abocado al ostracismo. Pero el cordón sanitario comienza a romperse en Berlín, como demostró recientemente la primera votación en el Bundestag en la que los diputados ultras fueron clave para sacar adelante una medida antiimigración promovida por los Conservadores. AfD está más cerca del poder. Más normalizado y aceptado.

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El propio Orbán ha reconocido que hasta la fecha había mantenido la distancia porque AfD estaba “en cuarentena” y su aproximación habría tensado las relaciones con el Gobierno de turno de un vecino de gran calado como es Alemania. Pero el mapa político de la UE y el de Estados Unidos ha cambiado y está acelerando la alianza de las fuerzas populistas.

Es en este contexto en el que Orbán comienza a cortejar a las filas que lidera Alice Weidel. El momento coincide, además, con el respaldo férreo de Elon Musk a la extrema derecha alemana. El propietario de Tesla y X se ha metido de lleno en la campaña electoral germana participando en conexiones de redes sociales o mítines para respaldar a los ultras.

“Hoy me he reunido con el futuro de Alemania”, ha asegurado Orbán desde Budapest en la rueda de prensa junto a Weidel. Una visita sin precedentes en los Estados miembros. “Hungría es el camino a seguir”, le ha dedicado la ultra germana, que en varias ocasiones ha revelado su admiración por el húngaro.

Ambos han destacado todo lo que les une: el rechazo a la inmigración, al pacto verde, a la integración europea y a la agenda woke. Comparten a su vez visiones sobre poner fin a la guerra de Ucrania, volver a estrechar las relaciones con Rusia y con su industria energética e incrementar la cooperación con China.

El anhelo de las fuerzas populistas europeas es unirse en torno a una misma formación europea con el objetivo último de “ocupar Bruselas”. Actualmente se encuentran repartidas en tres (Conservadores, Patriotas y Soberanistas). Sin embargo, el mandatario magiar mantiene la puerta cerrada de los Patriotas Europeos a AfD, que capitanea en la Eurocámara a los Soberanistas, la familia más pequeña. “¿Permitirá Orbán que el partido nazi alemán AfD se una hoy a los Patriots?”, se pregunta con sorna el eurodiputado alemán de Los Verdes Daniel Freund. De momento, no.