Donald Trump ha vuelto a la Casa Blanca. Su regreso en 2025 no solo significa la continuidad de su inconfundible estilo político, sino también la reactivación de políticas sobre inmigración, identidad y educación en Estados Unidos.

En un país donde cada decisión presidencial tiene eco en la vida cotidiana, las tensiones culturales y lingüísticas no tardan en salir a la superficie. Y en un rincón del centro de Pensilvania, un simple cartel en un autobús escolar ha desatado un conflicto que refleja esas mismas tensiones a pequeña escala.

El cartel que prohibía el español en el autobús
El cartel que prohibía el español en el autobúsJuniata County resident
Todo empezó con un mensaje escrito a mano, pegado en la parte frontal de un autobús escolar. “Por respeto a los estudiantes que solo hablan inglés, ¡no se permitirá hablar español en este autobús!”, decía el cartel, convertido en pocas horas en un fenómeno viral en redes sociales.

El problema es que esa norma no existía más allá de su propio criterio. La empresa encargada del transporte escolar, Rohrer Bus, reaccionó con rapidez al enterarse del cartel y desautorizó por completo la medida. “No autorizamos, creamos ni aprobamos este mensaje de ninguna manera”, declaró David Schrantz, vicepresidente de la compañía, dejando claro que se trataba de una decisión unilateral del conductor.

U.S. President Donald Trump hosts Republican Senators for a dinner at Mar-a-Lago in Palm Beach, Florida, U.S., February 7, 2025. REUTERS/Kevin Lamarque
Trump ha endurecido las políticas contra los latinos en situación irregularKevin Lamarque / Reuters
El distrito escolar de Juniata, una zona rural donde más del 90% de los niños en edad escolar hablan inglés en casa, tampoco tardó en posicionarse. La superintendente Christie L. Holderman calificó el aviso como “inapropiado” en un comunicado dirigido a las familias, dejando claro que la postura del conductor no representaba los valores del distrito. Mientras tanto, el responsable de la nota, cuyo nombre no fue revelado, fue suspendido y apartado del servicio mientras se lleva a cabo una investigación.

En medio de la polémica, los datos del Centro Nacional de Estadísticas Educativas ofrecen una imagen más amplia del contexto: en el condado de Juniata, el 93 % de la población se identifica como blanca y solo un 4 % como hispana o latina.