Frente a los “ataques infundados” y “asociaciones maliciosas” de socialdemócratas (SPD) y Verdes en la cuenta atrás de unas elecciones generales que se celebrarán en Alemania el 23 de febrero y que, según las encuestas, perderán esos partidos, actualmente en el Gobierno, los conservadores alemanes, favoritos en todos los sondeos, han cerrado filas en torno a su candidato a la Cancillería, Friedrich Merz. Las aguas no han vuelto a su cauce después de que la Unión Cristianodemócrata (CDU) y los socialcristianos bávaros (CSU) sacaran adelante el pasado miércoles una moción no vinculante encaminada a cerrar las fronteras a los demandantes de asilo con los votos de Alternativa para Alemania (AfD). Sin embargo, las acusaciones a Merz por romper el cordón sanitario a esa formación y abrir con ello las puertas del infierno, no han surtido efectos entre los suyos.

El congreso extraordinario celebrado este lunes en Berlín por la CDU/CSU, con la asistencia de 1.001 delegados, fue una demostración de unidad y resiliencia. La mecha prendida por el SPD y los Verdes contra Merz, tras perder días después una segunda votación por negarse un puñado de diputados de su grupo parlamentario a votar otra vez con la AfD, no provocó los daños buscados. Algunos hablan de “cierto nerviosismo”, en tanto que el SPD y los Verdes movilizan las calles, como si fueran Dante, empujando el ambiente político hacia las tinieblas.

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En el congreso no se han detectado fisuras en el liderazgo de Merz ni ha habido disonancias en la discusión del programa de emergencia que la CDU/CSU pondrá en marcha con urgencia si gana las elecciones y logra formar gobierno. El programa, aprobado por unanimidad, incluye un endurecimiento significativo de la política migratoria y medidas para impulsar la maltrecha economía.

Merz recibió un atronador aplauso de sus compañeros de partido en la apertura de la conferencia del partido. El secretario general de la CDU, Carsten Linnemann, agradeció al candidato su “valentía y postura firme” y acusó al SPD del canciller Olaf Scholz de utilizar la votación en el Bundestag como una mera estratagema electoral. “Eso es despreciable. No es así como se hace”, sentenció.

Según Boris Rhein, ministro presidente del estado de Hesse, Merz había tomado la decisión correcta de llevar el debate sobre contención de la inmigración al Parlamento tras el ataque en Aschaffenburgo, en el que un niño de dos años y un hombre de 41 murieron apuñalados por un refugiado afgano. “Lo que vimos en el Bundestag fue una admisión de fracaso por parte del SPD y los Verdes. Que nadie se deje engañar por las críticas ahora, porque una cosa está clara: desde el viernes, la gente sabe que, con el SPD y los Verdes en el poder, no habrá cambios en la política migratoria”, afirmó.

Para la CDU, las críticas masivas del SPD y los Verdes son maliciosas, pues no han sido los conservadores, bajo el liderazgo de Merz, quienes fortalecen a la AfD, sino “el canciller Scholz y su ministro de Economía, Robert Habeck”, del partido de los Verdes. “Ellos han fortalecido a la extrema derecha con su política económica”, señaló Jens Spahn, líder adjunto del grupo parlamentario CDU/CSU. “El SPD y los Verdes son responsables de que la frustración de los ciudadanos y de la AfD se haya duplicado en las encuestas”.

El programa de emergencia de la CDU sólo contiene puntos que no requieren la aprobación del Bundestag ni una legislación compleja, aunque deberán contar con el visto bueno del partido que forme coalición de gobierno, y este, en ningún caso, será la AfD .“No ha habido ni habrá colaboración con la AfD. Estamos luchando por mayorías políticas en el amplio centro de nuestro espectro democrático”, sentenció.

El plan que la CDU/CSU pondría en marcha de forma inmediata incluye 15 medidas bajo el título Prosperidad y seguridad. La atención se centra en las promesas de política económica y de asilo, pero el abanico es grande. En materia de migración, la CDU implantará controles permanentes en las fronteras, expulsiones en caliente y una detención indefinida para los delincuentes y delincuentes que están obligados a abandonar el país. Además, pondrá fin a la reunificación familiar para aquellos con derecho a protección subsidiaria es decir, limitada, y otorgará más poderes a la Policía federal. Según el programa de emergencia, la CDU también quiere revertir la “naturalización exprés adoptada por el Gobierno Scholz” lo más rápido posible. “El pasaporte alemán llega al final del proceso de integración, no al principio”, subraya el documento.

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La CDU quiere, además, reducir la burocracia, el impuesto sobre la electricidad y las tarifas de la red, así como la normativa alemana sobre la cadena de suministro. También busca bajar hasta el 7% el IVA en alimentos en bares y restaurantes. Reintroducirá la subvención del gasóleo agrícola para reforzar la agricultura y, en lugar de un tiempo máximo de trabajo diario, el partido fomentará el establecimiento de un tiempo máximo de trabajo semanal, lo que permitiría una mayor flexibilidad laboral. El plan incluye, asimismo, la exención fiscal de las bonificaciones por horas extras, la posibilidad de que quienes voluntariamente quieran trabajar más en la jubilación reciban su salario libre de impuestos hasta 2.000 euros al mes.

Queda por ver si la CDU puede realmente implementar sus anuncios tras una victoria en las elecciones federales, pues, según las últimas encuestas, el partido necesitará contar con una o con las dos formaciones que han aprobado todas esas medidas, es decir, el SPD o los Verdes.