OPINIÓN // SIETE X SIETE

A ver si nos aclaramos

El Periodico, 30-08-2006

Olga Merino

Historia 1: una madrugada de julio de 1911, Xosé Cabaleiro desembarcó de la bodega del Cabo de Buena Esperanza en el puerto de Buenos Aires. Durante los primeros meses, vivió en un conventillo; con una cuerda bajo las axilas, desplomaba el peso del cuerpo y dormía de pie. Con el tiempo, prosperó y pudo montarse un ultramarinos. Nunca regresó a Lalín. Murió soñando con peixes que volaban.
Historia 2: Carmen Lucena, que siempre fue más echada p’alante que su marido, logró convencerle de que se trasladaran a Hamburgo porque en el pueblo no había pan. Así lo hicieron en 1962. Paco se colocó en una fábrica de cojinetes, y ella, haciendo faenas a horas. Como no aprendieron alemán, nunca supieron que el apelativo por el que se les conocía era una invitación a largarse: gastarbeiter (trabajadores invitados). Regresaron a Córdoba el año de los Juegos Olímpicos de Múnich. El hijo menor de ambos se doctora pronto en Filología Alemana.
Historia 3: Mbaye Mdou duerme en un centro de la Cruz Roja desde que, el lunes, arribó deshidratado a Puerto de los Cristianos tras 12 días de penosa travesía en cayuco. Aún no sabe que en 40 días saldrá de allí con un expediente de expulsión y sin papeles. Las tres historias tienen un punto en común que es el título de la exposición que, organizada por la Fundación Largo Caballero, se abrirá el viernes en Salamanca: De la España que emigra a la España que acoge. La muestra se estrenó en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, y ya tiene el carnet de baile completo durante un año: Badajoz, A Coruña, Gijón, Sevilla… ¿Tendremos la suerte de que recale en Barcelona? A ver si así nos aclaramos algo.

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