Remitan fondos
El Correo, 30-08-2006MANUEL ALCÁNTARA
La vicepresidenta del Gobierno, que lo único que tiene frágil es la apariencia, está desplegando una actividad que debiera sonrojar a algunos ministros, que lo único que tienen fuerte es también la apariencia. Esta admirable mujer está llamando a todas las puertas europeas, incluso a las que están cerradas a piedra y lodo de fabricación propia. Quiere que los distintos países, teóricamente unidos, se den cuenta del problema de la inmigración. Ardua empresa, ya que no es que sean inconscientes, sino que no tienen conciencia. De la Vega ha iniciado su gira mendicante en Helsinki y hoy está en Bruselas. Su petición es siempre la misma: remitan fondos. Los que hay son «claramente insuficientes», pero las respuestas son también idénticas: no hay un euro disponible porque todos están ocupados en otras cosas. Ni un euro más, ni más barcos, ni más aviones. Lo único que hay cada vez más son inmigrantes.
En la Europa comunitaria no existe una política común. Eso de la ‘solidaridad continental’ es un camelo. Sólo dura lo que tardan en estrecharse las manos los jefes de Gobierno, o sea el tiempo justo para que los fotógrafos cumplan su misión y las falsísimas sonrisas desaparezcan de sus fotogénicos rostros. Cuando las manos vuelven a pertenecer a sus dueños y las comisuras regresan a su habitual lugar, los fotógrafos se ausentan y nadie se acuerda de las cosas acordadas.
El destino de la vieja dama llamada Europa es ser Eurabia y Euráfrica. La llegada de inmigrantes es inevitable porque no se quiere impedir. Parece que se han convertido en una fuente de riqueza durante los últimos años. La renta per cápita española aumenta gracias a ellos. Tendríamos más dinero si no se hubieran ahogado más de 3.000. Siempre sospechamos que la economía sumergida se refería a eso.
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