80 años de la liberación de Auschwitz: "La fiebre de populismo hoy recuerda un poco a esa década dramática de los años 30"
Polonia conmemora la liberación del mayor campo de concentración nazi con una cumbre internacional al más alto nivel
El Mundo, , 28-01-2025La rutina diaria de Auschwitz había mermado desde hacía varios días. En enero de 1945, rodeados por el avance de los soviéticos, que cada vez atacaban más cerca del centro del Holocausto, los líderes nazis decidieron trasladar a los prisioneros del campo de exterminio hacia otras ubicaciones. La liberación de Auschwitz era un hecho y comenzaron las marchas de la muerte: todo aquel que podía caminar, era conducido entre bosques en una marcha terrible hacia otros campos de exterminio.
Es por ello que la actividad cada vez era menor en el campo. La mañana del 27 de enero, sólo quedaban siete mil personas, la mayoría, enfermos que no podían moverse, y algunos niños encerrados en un barracón. Una avanzadilla de la 332º escuadra de Infantería del Ejército Rojo marchaba en formación hacia el campo, al que llegaron cerca de las tres de la tarde, cuando los soldados se toparon con una puerta metálica en cuyo dintel se podía leer “Arbeit Macht Frei” (“El trabajo os hará libres”).
Dentro, por más que los nazis se empeñaron en evitarlo, encontraron una representación a escala de la mayor barbaridad cometida en la historia moderna: el asesinato de los judíos y otras minorías como parte de la solución final ideada por Adolf Hitler.
Este lunes se cumplen 80 años de la liberación. Una cifra redonda que se conmemorará en el campo con la cita de dirigentes europeos y mundiales, que quieren sumarse de nuevo a la condena del Holocausto. 42 delegaciones han confirmado su asistencia, 27 de ellas al máximo nivel. Estarán todas las monarquías parlamentarias europeas representadas, viajarán presidentes, primeros ministros e Israel enviará al ministro de Educación. Polonia ha anunciado que obviará la orden de detención de Netanyahu por si quiere acudir al homenaje. Una cita para recordar el horror. Porque en Auschwitz fueron asesinados 1,1 millones de personas.
En las conmemoraciones de este lunes, ancianos supervivientes del campo, algunos con bufandas de color azul y blanco que recuerdan sus uniformes de prisión, han caminado juntos hacia el Muro de la Muerte, donde fueron ejecutados los prisioneros, entre ellos muchos polacos que resistieron la ocupación de su país.
El presidente polaco, Andrzej Duda, cuyo país perdió 6 millones de ciudadanos durante la guerra, ha llevado una vela caminando con el director del Museo Estatal Auschwitz-Birkenau, Piotr Cywinski. Una vez el en el muro, ambos han inclinado la cabeza y se han santiguado.
Aniversario de Auschwitz
El presidente polaco, ante el llamado Muro de la MuerteWojtek RadwanskiAfp
“Nosotros los polacos, en cuya tierra âocupada por los alemanes nazis en ese momentoâ los alemanes construyeron esta industria de exterminio y este campo de concentración, somos hoy los guardianes de la memoria”, ha dicho Duda a los periodistas después . “Que la memoria de todos los muertos viva, que descansen en paz”, ha dicho.
“80 años después, no parece que la vacuna de la victoria de los aliados haya sido tan definitiva para poder decir que ese mal haya sido erradicado”, reflexiona en conversación con EL MUNDO Emilio Sáenz-Francés, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas. Fue en agosto de 1933 cuando Hitler llegó al poder en Alemania al frente del partido nacionalsocialista. Entonces, hasta el comienzo de los campos de trabajo y la llegada de los campos de exterminio, se produjo un crescendo de la ofensiva contra el pueblo judío. Un hostigamiento que puede datarse con varios hitos, desde la sanción de las Leyes de Nuremberg para excluirlos de la vida pública en 1935; pasando por la noche de los cristales rotos en 1938 hasta la aprobación la solución final de 1942.
En septiembre de 1941 se habían probado gaseamientos experimentales con gas ciclón B en el bloque 11 de Auschwitz y vieron que era la forma más efectiva de llevar a cabo su plan. Como recuerda Dan Stone en El Holocausto (La Esfera de los Libros), “el primer complejo de cámaras de gas y crematorio nuevos construidos expresamente en Birkenau no entró en funcionamiento hasta marzo de 1943”. Pero hasta ese momento, ya habían asesinado a 3,8 millones de judíos entre 1941 y 1942.
Recordar lo que sucedió en Auschwitz sigue siendo importante, como subraya Sáenz-Francés: “Que en el corazón de una de las naciones más ilustradas del continente europeo se diseñase con precisión científica el exterminio cruel de millones de personas y se pusiese en práctica con la connivencia de gran parte de la población de ese país, lo cual sigue siendo muy polémico, es un hito terrible”.
Supervivientes de Auschwitz esperan detrás de una alambrada, a principios de febrero de 1945.
Supervivientes de Auschwitz esperan detrás de una alambrada, a principios de febrero de 1945.GETTY
Y es necesario la cumbre internacional en cada aniversario los Reyes ya acudieron a Auschwitz en 2020, por los 75 años de la liberación, en un momento en el que los partidos de extrema derecha no paran de crecer. En Europa suponían en 2022 el 17% de la representación popular. Los datos fueron recogidos por la Popu-List de The Guardian. “Después de la II Guerra Mundial, se diseña un nuevo orden internacional que es liberal y moderado, gobernando no desde lo extremos. La fiebre de extremismo de la década de los 30 había conducido a la guerra mundial y era necesario gobernar desde la mesura”, explica Sáenz-Francés. Un siglo después, “parece que la política moderada se está vaciando y los europeos y americanos se están yendo a extremos populistas que recuerdan un poco a esa década dramática de los 30. No es la misma fiebre, pero es una febrícula preocupante”, opina.
“Hoy en día hay un discurso presente en todos estos partidos que es xenófobo, que desata un miedo al otro, no quiero decir que son partidos como el nacionalsocialista, pero sí que hay una conexión. Porque hay un mecanismo mental que se está utilizando que ofrece ciertas similitudes”, analiza Sáenz-Francés una semana después de que los inmigrantes monopolizaran parte del discurso de Donald Trump en su investidura.
Ocho décadas después de la liberación de Auschwitz, el encuentro en el campo de los líderes europeos es también una revisión del papel que cada uno tuvo durante el Tercer Reich. “Las naciones aliadas del nacionalsocialismo fueron cómplices: la Francia de Vichy lo fue sin ser un régimen racista, el fascismo italiano…”, enumera Sáenz-Francés antes de llegar a la España de Franco.
“España no fue un colaborador activo, ni muchísimo menos del Holocausto”, afirma. Sin embargo, reconoce que “era un régimen que no sentía afinidad hacia el pueblo judío pero por distintas razones que los nazis, su antisemitismo era más tradicional, religioso… Pero no se puede colocar ni muchísimo menos la actitud de pasividad hostil de España con respecto a los judíos al mismo nivel que la voluntad atroz de destruir a un pueblo del nacionalsocialismo. La actitud fue torticera, tendiente a mirar para otro lado y cuando finalmente actuó para repatriar a España cuyo embajador en Hungría, Ángel Sanz Briz salvó a 5.000 judíos a la comunidad sefardita lo hizo más que por iniciativa propia en presiones con los aliados”. Otros 400.000 judíos húngaros fueron exterminados en Auschwitz, por cierto, cuando la guerra ya estaba totalmente perdida.
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