El producto interior bruto (PIB) español creció un 2,6% entre 1995 y 2005 gracias a la inmigración, según ha publicado Caixa Catalunya en su Informe semestral sobre la economía española y contexto internacional. Esta circunstancia no sólo se ha dado en España, sino que también en el conjunto de la Unión Europea. La mayoría de los países europeos registrarían caídas de su PIB por habitante si se restase la contribución de los inmigrantes. Los descensos más llamativos son los de Alemania (un 1,5%) e Italia( un 1,2%) así como España, con un descenso del 0,6%. Además, esta inmigración ha tenido una importante incidencia en el crecimiento demográfico europeo.

COLPISA. MADRID.

Según un estudio elaborado por la Caixa Catalunya, la llegada de inmigrantes aportó 3,2 puntos porcentuales al crecimiento por habitante de la economía española en la última década. Sin el aumento de población que supuso la entrada de inmigrantes, el producto interior bruto por persona habría descendido el 0,6%, en lugar del 2,6% anual registrado.

La estadística española se está adaptando paulatinamente a esta nueva realidad. En esta recta final de agosto el Instituto Nacional de Estadística dará a conocer la última adecuación de los datos de la economía española al incremento de la población, lo que se traducirá en un incremento del producto interior bruto en los pasados trimestres y en un avance de la economía algo superior a lo ya dado a conocer en la primera mitad del año.

La aportación de los inmigrantes al crecimiento económico en el conjunto de la Unión Europea, de acuerdo con el mismo estudio, ha sido de 2 puntos por año. Esto significa que si se excluyese el impacto de los trabajadores inmigrantes, se hubiese producido un descenso del 0,2% frente al avance del 1,8%.

Fenómeno europeo

Este fenómeno no se ha producido sólo en España: en la mayoría de los países de la UE el efecto ha sido positivo. Sin inmigrantes, la progresión de Irlanda, uno de los “líderes” del crecimiento de la Unión, quedaría reducida desde el 5,9% de aumento del PIB per capita al 1,1%, mientras Francia pasaría del 1,6% real a un modesto 0,3% cada año.

La gran mayoría de los países europeos registran caídas de su producto por habitante cuando se resta la contribución de los inmigrantes. El descenso más llamativo se produce en Alemania, el 1,5%, y en Italia, el 1,2%.

El informe explica también que la inmigración ha tenido una importante incidencia en el crecimiento demográfico europeo de la última década. La población de la UE de 15 miembros ha crecido en 15,7 millones de personas gracias a que la entrada de inmigrantes le ha aportado 11,9 millones ( el 76% del total). En Alemania e Italia, las entradas de población foránea han compensado con creces los descensos de la población nativa.

En el conjunto de los Doce, las entradas de inmigrantes representan el 79,4% del crecimiento de la población, una proporción que en España se sitúa en el 78,6%.

Cuando se considera exclusivamente la población inmigrante, España ocupa el primer puesto en tasas de crecimiento, con un avance del 8,4% interanual, frente 3,5% de media en el área del euro y del 3,7% en la Unión Europea de quince miembros.

Inmigrantes que cobran el paro

Un dato que refleja este aumento de la población inmigrante en España es el número de extranjeros que cobran el paro, un total de 64.827 personas en julio, y que supone además un aumento del 23% con respecto a julio de 2005. En total, fueron 133.109 inmigrantes los que se inscribieron en el paro.

Uno de cada cuatro extranjeros que reciben prestaciones por desempleo es marroquí, lo que les coloca en el primer lugar, seguidos de los ecuatorianos, un 12,1%, los colombianos, con el 7,81% y los rumanos, con el 5,58%.

Murcia fue la comunidad donde más proliferó el desempleo entre los inmigrantes, ya que registró un descenso de la ocupación del 52,93% con respecto a junio de 2006. Le siguieron Baleares, donde el paro entre inmigrantes subió un 14,23% y a más distancia se sitúa Navarra, con un 8,53% más.