EFE. MADRID.

Un grupo de 53 inmigrantes subsaharianos permanecen desde el pasado día 25 en la frontera entre el Sáhara Occidental (Marruecos) y Mauritania, en tierra de nadie, tras ser expulsados por las autoridades marroquíes según denunció ayer la delegación en España de Médicos del Mundo.

Un equipo de esta ONG se desplazó ayer hasta Kandahar, franja fronteriza de apenas cinco kilómetros de ancho, entre el Sáhara Occidental y Mauritania, para facilitar a los inmigrantes alimentos y agua.

A su llegada encontraron que uno de los inmigrantes, procedente de Malí, había muerto por deshidratación, según relató el resto de compañeros, y otros dos se encontraban en estado grave por la misma circunstancia.

Según explicaron al coordinador de Médicos del Mundo en Nouadhibou, Rashid Sheriff, el grupo, formado por inmigrantes de Senegal, Gambia, Costa de Marfil, Guinea Conakry y Malí, partió en cayuco de las costas mauritanas el 19 de agosto con destino a las Islas Canarias.

Durante la travesía el capitán perdió el rumbo y acabaron en la costa sur del Sáhara Occidental donde fueron apresados por la gendarmería marroquí que los retuvo durante tres días, período tras el cual los llevaron en camiones hasta la frontera donde fueron expulsados sin comida ni agua en la mañana del día 25.

El equipo de Médicos del Mundo, que llegó a Kandahar el viernes por la noche, les entregó alimentos, agua y linternas, lo que animó a los inmigrantes. El sábado y el domingo regresaron a la zona y les facilitaron además material para higiene personal y plásticos para la construcción de refugios. Esta no es la primera vez que ciudadanos subsaharianos son expulsados aquí.