«¡Mira cuántos niños hay, mira cuántos niños hay!», le recriminaba al final del partido Bambo Diaby, futbolista del Elche de origen senegalés, nacionalizado español, a un aficionado del Sporting que le habría hecho gestos racistas desde su asiento, detrás del banquillo. El club gijonés, además del Elche, emitieron sendos comunicados para condenar este episodio. El Sporting fue más allá, explicando que ya había identificado a este seguidor, un abonado, y que tenía previsto expulsarle.

«El Sporting, tras visualizar las imágenes, ha identificado a un abonado responsable de realizar un gesto de índole racista, y procederá a la expulsión de este aficionado siguiendo los pasos pertinentes de la investigación en curso», adelantó el club. Fue un triste final, con agentes de la Policía Nacional personándose en el lugar, según la información que facilitó el Elche.

Lejos de este episodio, la atención estuvo centrada en el reencuentro entre Rubén Albés y Eder Sarabia. El técnico vigués salió más tarde y se acercó hasta el banquillo del vizcaíno para estrecharle la mano, como había anunciado. Buscó algo de complicidad Sarabia, que tocó la cabeza del vigués, pero el saludo, si bien existió, fue breve y se percibió frío. Protocolario. A Sarabia le marcó de cerca El Molinón. Se vio en un balón que salió fuera, con Guille pegándole un manotazo. El vizcaíno abrió los brazos para quejarse y El Molinón se mosqueó. También hubo enfado con el delegado del Elche.