La ONG Caminando Fronteras ha denunciado a través de las redes sociales la muerte de 50 personas que iban a bordo de un cayuco que se dirigía a Canarias.

Según la portavoz de este colectivo, la mayoría de las víctimas 44 eran de origen paquistaní y murieron ahogadas después de 13 días “de angustiosa travesía sin que llegara el rescate”.

El cayuco había partido el 2 de enero hacia Canarias desde Mauritania. Las autoridades marroquíes consiguieron rescatar el 15 de enero, a 36 supervivientes de dicha embarcación.

Las primeras informaciones que maneja esta ONG indican que la embarcación había partido con 86 ocupantes, aunque no descarta que pudieran ser más, y que había pasado ya trece días en el mar. A bordo iban un mínimo de tres mujeres, entre ellas una adolescente que ha sobrevivido, informa Efe.

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha advertido, en redes sociales, que “el Estado y Europa tienen que actuar. El Atlántico no puede seguir siendo el cementerio de África. No pueden seguir de espaldas a este drama humanitario. Mi pesar por el fallecimiento de las cincuenta últimas víctimas”.

El servicio español de Salvamento Marítimo no tiene información sobre este naufragio, porque sus medios no han intervenido en el rescate de los supervivientes, a cargo de Marruecos.

Ruta canaria
Desde hace meses, la autoridades policiales españolas han constatado que cada vez son más los emigrantes de Pakistán, Afganistán, Siria y Bangladés que se juegan la vida en la Ruta Canaria, casi siempre en cayucos que zarpan desde Mauritania.

El suceso está bajo investigación, porque las personas de esa nacionalidad (y las de Somalia, que también empiezan a aparecer en la ruta canaria) mayoritariamente intentaban hasta ahora entrar en Europa por el Mediterráneo o por la ruta de los Balcanes.

Según datos de la UE, en la ruta de África Occidental con destino a Canarias, el flujo de llegadas aumentó un 18% en 2024 con respecto a un año antes, hasta alcanzar las 46.877 personas, la cifra más alta desde que Frontex comenzó a recopilar datos en 2009.

Las primeras informaciones que maneja esta ONG indican que la embarcación había partido con 86 ocupantes, aunque no descarta que pudieran ser más, y que había pasado ya trece días en el mar. A bordo iban un mínimo de tres mujeres, entre ellas una adolescente que ha sobrevivido, informa Efe.

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha advertido, en redes sociales, que “el Estado y Europa tienen que actuar. El Atlántico no puede seguir siendo el cementerio de África. No pueden seguir de espaldas a este drama humanitario. Mi pesar por el fallecimiento de las cincuenta últimas víctimas”.

El servicio español de Salvamento Marítimo no tiene información sobre este naufragio, porque sus medios no han intervenido en el rescate de los supervivientes, a cargo de Marruecos.

Ruta canaria
Desde hace meses, la autoridades policiales españolas han constatado que cada vez son más los emigrantes de Pakistán, Afganistán, Siria y Bangladés que se juegan la vida en la Ruta Canaria, casi siempre en cayucos que zarpan desde Mauritania.

El suceso está bajo investigación, porque las personas de esa nacionalidad (y las de Somalia, que también empiezan a aparecer en la ruta canaria) mayoritariamente intentaban hasta ahora entrar en Europa por el Mediterráneo o por la ruta de los Balcanes.

Según datos de la UE, en la ruta de África Occidental con destino a Canarias, el flujo de llegadas aumentó un 18% en 2024 con respecto a un año antes, hasta alcanzar las 46.877 personas, la cifra más alta desde que Frontex comenzó a recopilar datos en 2009.
En conjunto, la inmigración irregular a la Unión Europea se redujo un 38% en 2024 y alcanzó el nivel más bajo desde 2021, cuando los cruces fronterizos ilegales aún se veían afectados por la pandemia de la Covid-19, según los datos preliminares publicados el pasado martes por la Agencia Europea de Fronteras.

El descenso del número total se debió principalmente a una caída del 59% de las llegadas por la ruta del Mediterráneo central debido al menor número de salidas desde Túnez y Libia y a la reducción del 78% en la ruta de los Balcanes occidentales tras los grandes esfuerzos de los países de la región por frenar el flujo.