Un grupo de 53 subsaharianos están desde el pasado jueves en tierra de nadie tras ser expulsados por las autoridades marroquís, sin comida ni agua, en Kandahar, una franja de cinco kilómetros en la frontera entre el Sáhara Occidental (Marruecos) y Mauritania, según denunció ayer Médicos del Mundo. Un equipo de la organización se desplazó a la zona para darles alimentos.
Los inmigrantes explicaron al coordinador de Médicos del Mundo de la localidad mauritana de Nuadibú, Rashid Sherif, que el grupo había partido de ese lugar en cayuco el 19 de agosto con destino a Canarias. “El capitán perdió el rumbo y dieron vueltas en alta mar hasta acabar en la costa sur del Sáhara Occidental”, dijo Sherif. Allí fueron apresados por la gendarmería marroquí, que los retuvo tres días. “Luego los llevaron en camiones a la frontera”.
Ese día, un ciudadano de Malí murió deshidratado. En el grupo hay gente de Senegal, Gambia, Costa de Marfil, Guinea y Malí.
Entretanto, no cesa la llegada de inmigrantes a España. Salvamento Marítimo localizó tres cayucos con 306 sin papeles. Los 83 extranjeros de una embarcación fueron trasladados a El Hierro; mientras que 223 personas que iban a bordo de otros dos cayucos, entre ellos nueve menores, fueron llevados a Tenerife. En aguas de Almería, también fueron localizados medio centenar de inmigrantes en tres pateras diferentes.