Jean-Marie Le Pen muere en pleno auge de la extrema derecha
Fue el fundador de Frente Nacional, en manos ahora de su hija Marine, renombrado Reagrupación Nacional
La Razón, , 08-01-2025Jean-Marie Le Pen es uno de esos personajes que arrastra la polémica hasta la tumba. Más allá del duelo familiar, posicionarse ante la muerte de una figura tan histórica como controvertida como es la del patriarca de la familia Le Pen, que ha sido tan decisivo para entender la historia reciente de Francia, es asunto de la agenda política de todas las formaciones
El líder histórico de la ultraderecha gala fallecía este martes a los 96 años tras pasar varias semanas ingresado en un centro de cuidados de Garches, al oeste de París, con un debilitado estado de salud. Para la memoria colectiva, la figura de Le Pen siempre estará asociada a la de su mayor logro político: su acceso a la segunda vuelta de las presidenciales en 2002 desbancando a los socialistas, hecho que en aquel momento supuso un shock en el país y que propició el mayor frente republicano que se recuerda para cortarle el paso.Aquellas elecciones las acabó ganando el conservador Chirac pero Le Pen rompió un techo que pocos hasta entonces consideraban accesible.
Le Pen fue el fundador del Frente Nacional en 1972, desde 2011 en manos de su hija Marine, quien lo rebautizó y limpió la cara como Reagrupamiento Nacional. Fue precisamente su hija, la actual líder de la derecha francesa, quien lo excluyó hace casi una década por comentarios filonazis y homófobos como parte del famoso proceso de «desdiabolización» de un partido que no ha dejado de ampliar su base, y se ha convertido en una fuerza clave que condiciona hoy por hoy como nunca la vida política francesa.
La caída del gobierno de Michel Barnier tras sólo tres meses en ejercicio ha sido la prueba de la fuerza que atesora. Ahora, la amenaza persiste con el botón nuclear en modo de moción de censura contra el recién estrenado ejecutivo del primer ministro centrista, François Bayrou. Once millones de votantes en las últimas legislativas de junio traducidos en 124 diputados lo hacen posible. De acuerdo con uno de las encuestas más recientes, la dirigente de la extrema derecha lograría entre el 36 % y el 38 % en la primera vuelta de las presidenciales de 2027, dejándola en una buena situación para vencer la segunda vuelta, en unos comicios en los que el actual presidente, Emmanuel Macron, no puede presentarse por haber cumplido dos mandatos. Jean-Marie Le Pen ha muerto en el momento en el que la ultraderecha francesa es más decisiva que nunca para el futuro inmediato de Francia.
En los últimos años, sus apariciones han sido escasas debido a su deteriorado estado de salud. Eso fue lo que le permitió, el pasado mes de junio, comparecer como acusado en el juicio contra su partido por la malversación de fondos públicos del Parlamento Europeo en tiempos en los que era eurodiputado. Un caso que espera su sentencia a finales de marzo y podría finiquitar las aspiraciones a la presidencia de Marine Le Pen en 2027 si se dictamina su inhabilitación política.
La ultraderecha ha saludado en su conjunto el legado de un hombre perseguido por múltiples polémicas como la de considerar el Holocausto como un «detalle» de la Historia. A lo largo de su vida, el patriarca del clan ha sido condenado en varias ocasiones por sus declaraciones xenófobas, racistas y homófobas, especialmente por negar crímenes contra la Humanidad. En su legado ideológico está el hecho de haber impulsado más allá de las fronteras de Francia su mensaje político contra la inmigración y la población musulmana, convirtiéndose en referente de otras nuevas formaciones ultras europeas.
«Tras haber servido en el ejército francés en Indochina y Argelia, siempre ha estado al servicio de Francia y ha defendido su identidad y soberanía», ha afirmado el presidente actual del Reagrupamiento Nacional, Jordan Bardella. Las reacciones de las demás formaciones políticas, incluída la presidencia francesa, suponen una gama de posicionamientos que incluyen múltiples matices.
Sobre el fundador del Frente Nacional, Macron ha señalado este martes: «Es una figura histórica de la extrema derecha y desempeñó un papel en la vida pública de nuestro país durante casi setenta años, algo que ahora la historia deberá juzgar». Más aséptico aún su primer ministro, François Bayrou, se ha limitado a señalar que desaparece «una figura histórica de la vida política francesa». Menos condescendiente está siendo la izquierda francesa en sus reacciones. «El respeto a la dignidad de los muertos y el duelo no borra el derecho a juzgar sus actos», ha dicho el líder de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, añadiendo que «los de Jean-Marie Le Pen han sido insoportables».
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