Seguridad
Incidente junto al islote español de Perejil: Marruecos recoge a ocho migrantes que intentaban llegar a nado
Una llamada alertó de la presencia de los migrantes de origen magrebí
El Mundo, , 07-01-2025Un grupo de personas de origen magrebí fueron rescatadas este lunes por la mañana mientras intentaban nadar hacia el islote de Perejil, un enclave de soberanía española situado frente a las costas de Marruecos. Una llamada de auxilio alertó de su presencia, lo que movilizó a la Gendarmería marroquí, que desplegó una de sus patrulleras para asistirlas.
Según la información a la que tuvo acceso EL MUNDO, a la Comandancia de la Guardia Civil en Ceuta llegó el aviso a los 9.52 horas de la presencia de migrantes en las rocas, aunque otras fuentes consultadas por este periódico precisaban que, en ningún momento, los rescatados alcanzaron el islote, cuyo estatus jurídico impide que sea ocupado o transitado, tanto por autoridades marroquíes como españolas. Este principio, mantenido en delicado equilibrio diplomático, establece España y Marruecos no pueden ejercer influencia activa sobre el territorio, preservando así un «status quo» que evita conflictos directos, como el célebre de 2002
Las aguas que rodean al islote de Perejil están bajo control marroquí, por lo que los gendarmes marroquíes necesitan solicitar permiso a España para actuar en la zona. Además, existen acuerdos bilaterales en materia de cooperación para prevenir la inmigración irregular desde Marruecos. En virtud de estos acuerdos, tanto las embarcaciones del Servicio Marítimo de la Guardia Civil como las patrulleras de la Gendarmería Real pueden operar en las aguas jurisdiccionales de ambos países con el objetivo de impedir entradas irregulares y, sobre todo, salvar vidas de personas que intentan cruzar a España nadando.
El islote de Perejil ha sido objeto de tensiones históricas entre ambos países, especialmente tras el incidente de 2002, cuando una ocupación simbólica por parte de militares marroquíes llevó a una breve crisis diplomática que obligó al gobierno español, liderado por José María Aznar, a intervenir con fuerzas militares especiales para desalojar a los soldados marroquíes. Desde entonces, la gestión de su entorno se basa en la contención mutua y la cooperación informal en casos de emergencia, como ayer por la mañana.
En virtud del convenio firmado en aquel momento, tanto España como Marruecos asumen la responsabilidad de intervenir en las zonas de influencia respectivas para el auxilio y rescate de personas migrantes que intentan acceder a Perejil, así como la invitación a abandonar el territorio en caso de que logren alcanzar el islote. La colaboración entre ambos países busca garantizar tanto la seguridad de las personas implicadas como el respeto al estatus jurídico especial del islote, que impide su ocupación o influencia por parte de cualquiera de las dos naciones.
Cabe destacar que éste no es el primer episodio en el que personas migrantes intentan llegar al islote de Perejil. A lo largo de los años, se han registrado casos similares como el de junio de 2014, cuando las fuerzas marroquíes entraron al islote para detener a 13 personas migrantes que habían logrado llegar.
Las ocho personas migrantes, que aparentemente buscaban llegar este lunes a territorio considerado seguro, fueron recogidas del mar por las autoridades marroquíes y trasladadas hacia la costa marroquí. Según las mismas fuentes, se lanzaron al mar en la zona de Punta Leona, muy cerca de la ubicación de la isla.
Los intentos de entrada a nado en los espigones de Benzú y El Tarajal continúan marcando la realidad de la presión migratoria que recae sobre las fronteras de Ceuta y Melilla, las dos ciudades autónomas españolas en el norte de África. En los últimos días, las autoridades han recuperado los cuerpos sin vida de dos jóvenes de origen magrebí en las playas de Ceuta, evidenciando los peligros extremos a los que se enfrentan quienes buscan llegar a Europa.
Rescates constantes
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil realiza rescates constantes de personas que se adentran en el mar con la esperanza de alcanzar la ciudad autónoma. Aunque la distancia entre Marruecos y Ceuta puede parecer corta, las condiciones de la travesía son extremadamente peligrosas. Corrientes fuertes, aguas frías y la ausencia de equipos de seguridad transforman este trayecto en una ruta de alto riesgo que, con frecuencia, termina en tragedia.
Las víctimas de estos intentos suelen ser jóvenes varones, en su mayoría de origen magrebí, que buscan escapar de la falta de oportunidades y la precariedad en sus países. Algunos, además, son menores de edad que emprenden el viaje solos. Sin embargo, el desgaste físico, la hipotermia y el agotamiento se convierten en enemigos mortales durante el trayecto.
El refuerzo de los controles fronterizos, con medidas como la instalación de barreras físicas y un aumento de la vigilancia tanto por parte de Marruecos como de España, no ha conseguido frenar estos intentos. Por el contrario, los cruces han adoptado rutas más arriesgadas y los rescates de cuerpos sin vida se han incrementado. Según datos de organizaciones humanitarias, las muertes en estas aguas han aumentado en los últimos años, especialmente tras la crisis económica que golpeó con mayor dureza a los países del Magreb durante y después de la pandemia.
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