“Ha sido mejor de lo que esperaba, me ha impactado muchísimo. Te dan lo poco que tienen. La acogida por parte de las familias ha sido inmejorable. Llevan cinco décadas en los campamentos de personas refugiadas y aunque el progreso es evidente, no tienen medios suficientes para sobrevivir”. Estas son las palabras con las que el alumno de Laudio Ikastola, Oihan Gorostiaga, resume el viaje solidario que él y otros 17 compañeros y compañeras de segundo de Bachiller –la mayoría de Laudio, pero también de Orozko, Amurrio, Aiara y Artziniega– han llevado a cabo del 29 de noviembre al 7 de diciembre a campamentos de refugiados saharauis.

En concreto, a los situados en la localidad o daira de Bucraa, situada en la wilaya de El Aaiún, donde no solo se han formado en valores de solidaridad y cooperación, sino que, como se señalaba, han contribuido a la mejora de las infraestructuras del pueblo de Bucraa, en lo que ha supuesto la continuidad del proyecto solidario de Laudio Ikastola en el Sahara. De hecho, en los años 2009 y 2010 ya llevó a cabo iniciativas similares que, posteriormente, se paralizaron por diferentes circunstancias y factores. Con todo, el proyecto volvió a ponerse en marcha en el curso 2022/2023, a fin de reforzar los lazos solidarios con los mismos objetivos y con la causa saharaui.

El anterior viaje se realizó en abril de 2023 y ahora, en el recién celebrado, estos 18 estudiantes han ayudado a construir la huerta del centro de día de la tercera edad, en la que se cuida y alimenta a personas mayores, donde dedicaron tres días al pintado de la pared que la encierra y pudieron vivir el momento de inauguración de la nueva infraestructura, junto al alcalde de la localidad, el presidente o gobernador de la wilaya y el coordinador del centro de día, que fue retransmitido por la televisión local.

Con todo, la experiencia no se ha limitado a los nueve días que ha durado el viaje, ya que los y las participantes han trabajado durante meses en la organización y preparación del evento, realizando actividades que podían ser adecuadas como fuente de financiación para sufragar el vuelo y para la difusión del proyecto, tales como venta de camisetas, vídeo de recaudación, cine solidario, ferias, sorteos o recogida de material… por lo que quieren dar las gracias a todas las familias, comerciantes, medios de comunicación, entidades y personas que de manera individual han colaborado para que este proyecto sea posible. Y es que cada participante, además de la mochila con sus pertenencias, ha llevado otra de 25 kilos cargada de ayuda humanitaria como medicinas, y desde la ikastola, en espera de ayudas públicas, estiman “en más de 4.000 euros” el esfuerzo económico realizado para la construcción de esta huerta.