El Festival de Cine Documental y Derechos Humanos de Errenteria dio por finalizada su tercera edición con la entrega de premios, que tuvo lugar el domingo en Cines Niessen.

En un festival que consta de cortometrajes y largometrajes y la participación fundamental del público, el primer premio del público otorgado a largometraje fue para ‘Indarkeriarne oi(h)artzunak’,’ de Amaia Merino y Ander Iriarte. El premio fue recogido por este último, que puso en valor la necesidad de creer a las víctimas de cualquier tipo de violencia y de escuchar todos los testimonios.

A continuación, fue entregada la Mención Especial del jurado, que este año ha estado conformado por cuatro personas de la industria audiovisual y el terreno humanista. Carmen Tortosa, ganadora del festival en la pasada edición; Juan G. Andrés, periodista y miembro del equipo de selección del Festival de Cine Internacional de San Sebastián; Elixabete Imaz, antropóloga, investigadora y profesora de la UPV/EHU; y Octavio Romano, responsable de proyectos productivos en la ONG Alboan.

La Mención Especial del Jurado fue para ‘16060 egun’ de Iñaki Alforja e Iban Toledo. En palabras del jurado, la película subraya la soledad de los procesos de búsqueda, y refleja la quietud y la necesidad de salvaguardar la memoria histórica, desde la lucha personal y solitaria y trabajando por la conciliación. El premio fue recogido por el director Iban Toledo, y por el protagonista Eneko Etxeberria, que agradecieron la importancia de la visibilidad de su historia y de la búsqueda de la verdad.

Finalmente, se reconoció a ‘Zona Wao’, de la directora Nagore Eceiza como la gran vencedora del festival, al ganar tanto el premio del público a mejor cortometraje, como el Gran Premio Laboratorio ‘Juanmi Gutiérrez’. Que esta obra haya sido reconocida con ambos premios, pone en valor su capacidad para resonar tanto emocional como intelectualmente con las audiencias y con el jurado. En palabras del jurado, ‘Zona Wao’ ofrece una diversidad de enfoques sobre una problemática, enriqueciendo el mensaje, enfatizando el doble castigo que se inflige sobre las mujeres en estas circunstancias.

Eceiza no pudo acudir en persona al acto; en su lugar, el premio fue recogido por Gemma Hierro, miembro de MedicusMundi Gipuzkoa, que subrayó la crueldad de las extracciones petrolíferas y sus terribles consecuencias en las personas indígenas que habitan las zonas de extracción.

Tras las proyecciones de los cortometrajes ganadores, el acto se cerró con la proyección, fuera de concurso, de ‘Los cayucos de Kayar’, de Álvaro Hernández Blanco, ganador de la primera edición del Festival y cuyo cortometraje es resultado de la asesoría realizada por el Festival. La película refleja las tensiones y dilemas morales de la inmigración, al mismo tiempo que honra la resiliencia y los sacrificios de aquellos que buscan un futuro.