SILVIA FERNÁNDEZ – LAS PALMAS

Cifras de la Gendarmería de Senegal y Mauritania y de la Guardia Civil calculan en más de 2.000 los fallecidos en el mar
.- La fortuna no sonríe a todos los inmigrantes que tratan de llegar a España desde las costas africanas a bordo de un cayuco. Muchas veces la intrépida aventura de cruzar el Atlántico para tratar de encontrar un futuro mejor termina en tragedia. El último drama de la inmigración irregular se produjo este fin de semana en Mauritania, con el hallazgo de 22 cadáveres en una playa al norte de Nuakchott (Mauritania), mientras siguen buscándose cuerpos en el mar, según informaron fuentes de la Gendarmería mauritana.

Estos inmigrantes procedían de dos cayucos que salieron hace una semana del norte de Senegal con más de 200 personas a bordo, de las cuales han sido rescatadas con vida 179. Tras siete días de travesía, la falta de agua en las embarcaciones y el fuerte sol acabaron con la vida de algunos de los inmigrantes, que fueron echados previsiblemente por la borda al agua por sus compañeros de viaje. Las autoridades mauritanas han interrogado a los 179 supervivientes – 91 senegaleses han sido devueltos a su país en autobús y el resto lo serán en los próximos días- para conocer con exactitud el número de muertos y lo sucedido durante la travesía.

Las autoridades mauritanas temen que en el mar haya aún decenas de cadáveres y que la cifra de muertos aumente en las próximas horas. Catorce de los 22 cadáveres que se han encontrado fueron hallados el sábado – ayer se rescató un cuerpo más- por una patrullera mauritana en una playa al norte de Nuakchott (Mauritania) y ese mismo día fueron enterrados por la Protección Civil, bajo instrucción del fiscal del Tribunal de Apelación de Nuakchott y en presencia de diplomáticos de Gambia y de Senegal. Ocho cadáveres más, de un segundo cayuco, fueron rescatados ayer.

Estos inmigrantes muertos el fin de semana pasarán ahora a sumarse a la larga lista de africanos que han muerto en aguas del Atlántico cuando trataban de llegar a Canarias y que según informes de la Gendarmería de Senegal y Mauritania, así como según la Guardia Civil, supera las 2.000 personas en los últimos diez meses, si bien el número de cadáveres hallados no supera los 500. El último accidente de que se tiene constancia fue el pasado día 11, cuando 19 inmigrantes de Senegal morían al estallar una bombona de gas que llevaban en el cayuco.

La muerte de estos irregulares ensombrece una semana en la que el ritmo de llegada de inmigrantes a Canarias se había ralentizado. De esta forma, mientras hace dos fines de semana – entre el viernes 18 y el domingo 20- llegaron a Canarias 1.291 inmigrantes, en esta semana – cinco días- sólo han arribado a las islas 146 personas. La última embarcación fue localizada el sábado a 90 millas del sur de Tenerife con 38 inmigrantes a bordo, después de un viernes sin cayucos – único día en que no han arribado embarcaciones en todo el mes de agosto- y de la llegada de 45 irregulares el jueves a Gran Canaria. En la Península, una patera con unos 30 inmigrantes llegó ayer al puerto de Málaga y cerca de Alborán fueron interceptados 12 magrebíes.

La cifra de inmigrantes que han llegado a Canarias en lo que llevamos de año roza ya los 18.500, casi cuatro veces más de los que se contabilizaron en todo el ejercicio 2005, que ascendieron a 4.751 personas. Además, el Gobierno de Canarias prevé que la cifra aumente en los meses de septiembre y octubre, cuando las condiciones del mar son mejores para navegar.

Sin embargo, pese a las cifras, la inmigración apenas se aprecia en Canarias. El traslado de los inmigrantes – se calcula que unos 10.000- a otros puntos de la Península, como Catalunya, ha ayudado a descongestionar el archipiélago, si bien la solución no ha sido muy bien acogida en algunas de las comunidades autónomas receptoras.

La Diputación Permanente del Congreso debatirá hoy y a petición del PP y de ERC la necesidad de que los ministros del Interior, Exteriores y Trabajo expliquen este envío de inmigrantes.