“Consigamos que haya consecuencias para los agresores. Que el odio sionista no quede impune”, denuncia la periodista Helena Sardà a través de una publicación en Instagram. Sardà narra la agresión sufrida por Amin (nombre ficticio para mantener su anonimato), un joven palestino, en Barcelona.

“En la noche del 15 de noviembre, alrededor de las 4.30 horas de la madrugada, fui brutalmente agredido por un portero en la Sala Upload de Barcelona. Al enterarse de que era palestino y gritarme ‘Viva Israel’, me siguió fuera del local”, relata Sardà citando a la víctima. “Lo último que le dije antes de que empezara a golpearme fue: ‘Te guste o no, aquí estamos, existiendo y sobreviviendo’”, asegura.

“Entonces me tiró al suelo y comenzó a golpearme. Sus compañeros no lo detuvieron; de hecho, me sujetaron mientras él seguía atacándome”, continúa. La víctima explica que otros guardias de seguridad se acercaron, pero en lugar de frenar la agresión, “me inmovilizaron para que él pudiera seguir golpeándome, como si yo fuera el peligroso”.

“Uno de ellos me estranguló con el brazo por detrás hasta que no pude respirar ni pedir ayuda. Pensé que iba a morir. En ese momento recordé a George Floyd. Recordé que murió estrangulado. Me hice el muerto y fue solo entonces cuando aflojó la llave. Cuando vieron que me movía, me esposaron y me arrastraron fuera del lugar. En el camino, el primer agresor regresó y me golpeó en la cabeza por detrás”, dice.
La víctima concluye que terminó la agresión “con el globo ocular izquierdo desplazado, abrasiones en la cara por el roce contra el suelo, marcas en las muñecas por las esposas y moretones en el cuello, las rodillas y los dedos”.