El «monumental desafío» sirio: facilitar el retorno de nueve millones de refugiados
El Gobierno se propone aprovechar «su experiencia» para «levantar de nuevo el país», aunque admite las dificultades de volver a un lugar donde muchos ya no tienen casa y la «economía es pobre»
Diario Vasco, , 12-12-2024El nuevo Gobierno interino quiere forjar una Siria fuerte donde se reencuentren todas las familias. Mohamed al Bashir, el primer ministro recién nombrado para dirigir una transición hacia un mandato normalizado tras el derrocamiento de Bashar Al Assad, ha afirmado que el «monumental desafío» del país radica en «lograr la vuelta de los millones de refugiados sirios desperdigados por todo el mundo». El proyecto de su gabinete pasa por aprovechar su «capital humano y su experiencia» para ayudar a «reiniciar» una Siria ahora mismo deprimida y sumida en una crisis humanitaria después de trece años de guerra civil y un cuarto de siglo de régimen autoritario de Al Assad.
En efecto, el desafío es inmenso. La crisis de los refugiados sirios es el mayor desplazamiento forzoso de personas dela historia reciente, muy por encima de la ucraniana y, desde luego, de la palestina después de la ocupación de Gaza por parte de Israel. En total, los organismos humanitarios calculan que al menos nueve millones de sirios (algunas ONG elevan la cifra hasta catorce) han dejado su país desde el comienzo de la guerra civil hace una década larga. Casi la mitad, han encontrado asilo en los países v vecinos como Turquía, que acoge a tres millones, Egipto, Jordania, Irak y Líbano. Unos 4.000 iniciaron ya el retorno entre el domingo y el lunes desde territorio libanés una vez confirmada la caída del régimen.
Fuera de la región, la Unión Europa registra alrededor de 1,7 millones; y dentro del espacio comunitario, Alemania ha sido históricamente el principal receptor de migrantes forzosos: 800.000. En España viven unos 16.000.
«Vuelvan. Necesitamos reconstruir, levantar de nuevo el país, y necesitamos la ayuda de todos», ha invitado el nuevo primer ministro en su primera entrevista con un medio internacional, el ‘Corriere della Sera’. Al Bashir ha recalcado a los refugiados que no tengan miedo porque «Siria es ahora un país libre que ha recuperado su orgullo y dignidad», Pero reconoce que su objetivo de un retorno generalizado es notablemente complicada.
«Ahora sí podemos volver»
La vida en el exterior no ha sido sencilla para un sector muy numeroso de la comunidad, enfrentada a condiciones precarias de trabajo, marginación obrotes de xenofobia. Sin embargo, el nuevo Gobierno admite que existen miles de familias ya asentadas en el extranjero, con hijos que han adquirido arraigo, y empleos estables, mientras que la vuelta significa hacerlo a una «economía diezmada», lastrada por décadas de corrupción y en un «estado muy malo, finacieramente hablando», dice Al Bashir. La moneda nacional, la libra siria, «no vale nada». Alrededor de 35.000 de ellas equivalen a un dólar y el primer ministro reconoce que muchos de los desplazados hace años «ya no tendrán ni si casa».
Aun así, el Ejecutivo confía en la ilusión recién sembrada entre los sirios y la motivación emocional de millones de ellos para regresar a su tierra. En Alemania, cuya cancillería estudia conceder una ayuda económica a los refugiados que quieran retornar para iniciar su nueva vida en Siria, decenas de miles de asilados se manifestaron este domingo pasado tras conocer la caída del régimen.
En sus palabras subyacía un intenso sentimiento de regreso. «Ahora sí vamos a poder volver a casa», afirmaba Iham, una veterana mujer cuyo marido murió en las temidas prisiones de Al Assad. Ella quiere reencontrarse con la familia que dejó en Siria y «terminar mis días en mi tierra», aunque asegura que ha «vivido bien» en Alemania, «No me ha faltado techo ni comida». Iham cree que ahora puede darse el caso de muchas familias que se dividan entre padres y abuelos, deseosos «de ver Siria de nuevo», y los hijos, que «carecen de tanto vínculo con su país».
Khalil es uno de ellos. De 26 años, vive a las afueras de Berlín. Su familia lo sacó de Hama cuando aún era un niño. Todo lo que conoce de Siria lo ha hecho a través de testimonios indirectos y noticias de los medios. Y todo le remitía a un país «peligroso». Tiene a su novia y sus amigos en Alemania yree que no se sentiría seguro de nuevo en su país, pese a las promesas de paz del nuevo Gobierno. Él tiene nacionalidad alemana.68.0000 refugiados sirios se han naturalizadp en el territorio germano desde 2020 en uno de los procesos de asentamiento más grandes producidos en Europa.
El temor de algunos de sus amigos es que ahora, con la caída del régimen de Al Assad y el fin de la persecución política, los gobiernos cambien la estrategia de acogida respecto a los sirios. Varios países han anunciado ya que dejarán de aceptarse solicitudes de modo prácticamente automático y crece el temor a que se abran paso prácticas cercanas a las deportaciones forzosas. Aunque «muchos sirios quieren regresar y participar en la reconstrucción», la asociación pro-refugiados Pro Asyl ha advertido que «nadie debe ser forzado a dejar el país».
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