Fin del régimen Asad

Celebraciones, ganas de regresar y cautela entre los sirios acogidos en Turquía

Las autoridades turcas aún no han dado cifras del número de sirios que han cruzado, pero testimonios apuntan que son varias docenas y que no se han producido largas colas por el momento

El Mundo, Lara Villalón Estambul , 10-12-2024

El colapso del régimen de Bashar Asad ha provocado una ola de celebraciones en muchas ciudades de Turquía, país que acoge el mayor número de sirios que huyeron de la guerra, con tres millones de refugiados registrados. Jóvenes y familias enteras salieron a la calle con banderas de la revolución siria con una franja verde, blanca y negra, con tres estrellas rojas para celebrar el “nuevo comienzo” y un eslogan que se ha popularizado en los últimos días: “Nunca más”.

El ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, ha declarado que “los sirios ahora pueden regresar a casa”, poniendo de nuevo el foco de la agenda política en el retorno de millones de personas que viven en el país bajo un estatus de protección temporal. Si bien hace unos cinco años el número de refugiados sirios superó los cuatro millones, la cifra ha caído a los casi tres millones, según cifras publicadas hace un mes por el ministro del Interior, Ali Yerlikaya.

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Durante esta década fuera de sus hogares, la vida de muchos sirios ha cambiado en Turquía. Cerca de 300.000 han obtenido la nacionalidad turca, y medio millón de niños han nacido en el país, mientras que gran parte de los menores cerca de un tercio de los refugiados han sido escolarizados y hablan turco. Por otro lado, desde 2017, los sirios tienen acceso al mercado laboral, aunque muchas empresas no están dispuestas a asumir los gastos de los permisos, forzando a miles de familias al trabajo sumergido. A ello se le añade un creciente rechazo contra los refugiados y migrantes, atizado por partidos opositores como un arma arrojadiza contra el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.

El anuncio de la caída de Asad y el regreso de los refugiados ha sido ampliamente promocionado en medios turcos, en muchas ocasiones con vídeos falsos de caravanas de coches que supuestamente se dirigían a la frontera con Siria. Existe, sin embargo, un número indeterminado de sirios acogidos en Turquía decididos a regresar. En los cruces fronterizos de Öncupinar y Cilvegözü, que conectan con el noroeste de Siria, se han acercado decenas de sirios desde la tarde del domingo, según aseguraron varios testigos a EL MUNDO. En el cruce de Cilvegözü, situado en la provincia de Hatay y cuya carretera facilita el acceso a la ciudad siria de Alepo, se han acercado más familias con algunos enseres dispuestos a cruzar.

Las autoridades turcas han establecido un puesto de control a dos kilómetros del cruce, para procesar las salidas, ya que cada sirios está obligado a firmar un papel conforme sale voluntariamente del país, renunciando a su estatus de protección temporal. Una vez completan los trámites, se les permite cruzar la frontera. Las autoridades turcas aún no han dado cifras del número de sirios que han cruzado, pero testimonios apuntan que son varias docenas y que no se han producido largas colas por el momento.

“Quería cruzar esta semana, pero me he enterado que no podré volver. De momento me quedaré en Turquía, estoy esperando noticias de un primo que podría conseguirme trabajo en Alepo”, explica Ibrahim al Khasem, un joven residente en el barrio de Altindag en Ankara, distrito conocido como “la pequeña Alepo” por la cantidad de sirios que acoge. “En Turquía no vivo mal, pero no es fácil progresar. Si mis amigos de aquí regresan, no tendré ningún apoyo aquí”, describe. Al Khasem relata que solo un conocido suyo ha regresado a Siria porque aún tiene una casa y familia allí. “Creo que el resto esperamos a que se calme la situación”, añade. Para Salma, una joven estudiante en la ciudad costera de Esmirna, el fin del régimen supone un alivio para ella y su familia, pero aún ve lejano el momento de regresar. “Quiero terminar primero mis estudios, mis hermanos viven en Alemania y tienen trabajo allí. Me muero de ganas de visitar Siria otra vez, lloro solo de pensarlo, pero regresaré en un tiempo”, cuenta.

Para Muhammad Salih Ali, presidente de la Asociación de Solidaridad con los Refugiados Sirios, el proceso de retorno llevará meses, debido a que la situación tras la caída de Asad sigue siendo muy incierta y faltan servicios básicos y trabajo, aspectos que muchos sirios tienen cubiertos en Turquía. “El retorno no es algo que pueda ocurrir de un día para otro. No es que los sirios digan: ‘Ah, la guerra ha terminado, nos vamos, adiós’”, señaló al diario turco Söz. “Las infraestructuras del país han quedado muy dañadas; hay problemas de salud y educación. Y, por encima de todo, hay problemas de seguridad. Se deben mejorar estas infraestructuras para su retorno”, describió.

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