J. Márquez

Madrid – Desde hace varios meses, el foco «mediático» de la inmigración se
ha centrado casi exclusivamente en Canarias. La oleada de cayucos que
alcanzan día tras día los puertos de las islas cargados de subsaharianos
ha dejado en un segundo plano los otrora habituales asaltos a la frontera
que une Marruecos con Ceuta y Melilla – mucho más tranquila desde que el
Ejército marroquí reforzó la vigilancia – y el reguero de pequeñas
embarcaciones en las que los ciudadanos marroquíes intentaban cruzar el
Estrecho para alcanzar las costas españolas.
Sin embargo, en
los últimos días las pateras están recobrando protagonismo en el complejo
y dramático escenario del fenómeno migratorio que sacude España. Alrededor
de 140 inmigrantes, todos ellos en buen estado de salud y entre los que se
encontraban varios menores de edad, han llegado a las costas andaluzas
durante el fin de semana a bordo de diez pateras. Entre las últimas
embarcaciones en tocar tierra, dos fueron interceptadas en la madrugada
del sábado al domingo en aguas de Almería con 21 inmigrantes a bordo,
mientras otra, localizada en Motril (Granada), transportaba a otros 33
pasajeros.
Además, la Guardia Civil también interceptó de madrugada
en el puerto de Málaga otra embarcación que había sido avistada a dos
millas de la costa. En su interior se hacinaban 31 inmigrantes varones de
nacionalidad marroquí, entre ellos al menos cinco menores de edad.
Nueva tragedia en el mar
El goteo de pateras y
cayucos no cesa, a pesar de que muchos de sus ocupantes se deja la vida en
el intento. Así, las autoridades mauritanas hallaron el sábado los cuerpos
de 15 inmigrantes en la playa de Nuakchot, capital del Mauritania,
víctimas de su dura travesía en cayuco. Los inmigrantes murieron por
deshidratación a bordo de dos embarcaciones.
Catorce de los
inmigrantes muertos fueron enterrados bajo instrucción del fiscal del
tribunal de Apelación de Nuakchot, en presencia de diplomáticos de Gambia
y de Senegal, informa Efe. Otro cadáver fue hallado ayer en la misma
playa, según las fuentes de la protección civil de Mauritania, que no
descartaron el encontrar otros cadáveres.
La muerte de esas
víctimas fue provocada por la insolación y la deshidratación, causada por
el calor y la falta de agua a bordo de las dos embarcaciones, en las que
los inmigrantes pasaron más de una semana. Las pateras salieron del norte
de Senegal con decenas de inmigrantes a bordo, y sólo 179 fueron
rescatados, mientras que la confusión sigue sobre el número de los
muertos, echados al mar por los otros ocupantes. Un grupo de 91
senegaleses, de los 179 rescatados, fueron repatriados ayer mismo a su
país en un autobús.