Laboral El empleo entre extranjeros crece el triple que la afiliación general y escala al 13,5% del total a las puertas de la regularización masiva de 900.000 inmigrantes
El mercado laboral español sufre una crisis de vacantes. Con una tasa de paro del 11,2% de la población activa y un volumen de desempleados que supera los dos millones y medio de personas, los puestos de trabajo que no se cubren alcanzan máximos históricos en un contexto de envejecimiento de la población, de emigración de talento al exterior y de desajustes formativos. Un cóctel que agrava un problema que va a intensificarse en el futuro y al que el Gobierno busca poner solución facilitando la entrada masiva de mano de obra extranjera en los próximos años.

A la espera de que el INE actualice los datos del tercer trimestre, los expertos de Fedea y BBVA Research proyectan un incremento de las vacantes del 4,3%, hasta alcanzar los 153.000 puestos de trabajo sin ocupar. Esta cantidad supone un 3,4% más que la media de 2023, cuando España ya alcanzó un récord histórico de vacantes con un total de 148.000 puestos sin cubrir. Y además implica una escalada de nada menos que el 50% desde 2019, cuando había poco más de 100.000 vacantes.

Si se retrocede una década en las estadísticas, al año 2014, apenas había 56.000 puestos de trabajo sin ocupar en nuestro país. Es decir, la cantidad de vacantes prácticamente se ha triplicado, generando una crisis para las empresas sin precedentes. Aunque España es uno de los países de la UE con menor tasa de vacantes 0,9%, una tercera parte de la media europea (2,6%) para las patronales españolas esta se ha convertido en una de las grandes dificultades para el desarrollo de la actividad, tal y como vienen advirtiendo desde CEOE y Cepyme.

En su último observatorio trimestral del mercado de trabajo, el servicio de estudios de BBVA y Fedea anticipan el repunte de los puestos de trabajo sin cubrir. Y aunque explican que “dado el incremento de la participación laboral, la tasa de vacantes crecería marginalmente hasta los 0,62 puestos por cada mil personas activas, en línea con la evolución registrada desde mediados de 2022”, lo cierto es que, de cumplirse su pronóstico y alcanzar las 153.000 en el tercer trimestre, el indicador se habría enquistado por encima de la barrera psicológica de las 150.000 en 2024, marcando un nuevo máximo histórico.

Impacto en el PIB
Y esto, en términos de impacto directo para la economía española, no es baladí. Ya el pasado mes de julio, en un informe elaborado por la Fundación BBVA y el IVIE se estimaba que el récord histórico de 148.000 vacantes en 2023 implicaba un coste de más de 8.000 millones de euros en el Producto Interior Bruto (PIB). Y lejos de dibujar una perspectiva esperanzadora, los expertos advertían de que la cifra “podría triplicarse en el futuro si el mercado laboral español sigue convergiendo al patrón europeo”. Una situación “especialmente preocupante si se considera el intenso proceso de envejecimiento demográfico que afecta a España”, alertaba el informe.

Aunque el Ministerio de Trabajo se resiste a reconocer que el mercado laboral español atraviesa una grave crisis de vacantes y viene restando importancia a la preocupación empresarial, lo cierto es que el propio Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe) ha detectado problemas para cubrir puestos de trabajo en una veintena de actividades económicas. En concreto, en el informe de Tendencias del Mercado Laboral de 2024 señala que faltan desde camareros, cocineros y personal de limpieza hasta fisioterapeutas o mecánicos, pasando por conductores de camiones y autobuses.

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Parte del problema está en el escaso atractivo de ciertos puestos por las propias condiciones salariales, de horarios o de penosidad, lo que directamente expulsa a potenciales candidatos. Pero también en el envejecimiento de la población y la falta de relevo generacional. Y ahí el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones sí ha visto la gravedad del asunto y para tratar de taponar la crisis de las vacantes acaba de aprobar una modificación del reglamento de extranjería con la que, a través de la simplificación de trámites y plazos y de la extensión de los visados para la búsqueda de empleo, aspira a incorporar a 900.000 inmigrantes al mercado laboral en los próximos tres años.

Esto permitirá al Gobierno llevar la Seguridad Social a una cifra inédita de 22 millones de cotizantes. Un récord que llegará en parte impulsado por esa mano de obra inmigrante. De hecho, el empleo entre extranjeros viene creciendo el triple que la afiliación general desde hace una década y se ha consolidado como motor de crecimiento del mercado laboral patrio. Un salvavidas no sólo para las empresas con problemas de vacantes, sino también para el propio sistema de las pensiones, cuya sostenibilidad futura va a depender, precisamente, de que los centenares de miles de inmigrantes que van a venir a trabajar a España en los próximos años ayuden a apuntalar los ingresos con sus cotizaciones para poder pagar las nóminas de los jubilados del baby boom.