El márketing de unos condiciona el de otros. ERC ha planteado su estrategia de campaña para reivindicarse como fuerza de Gobierno, lavar su imagen de causante de todos los males del tripartito sacándole al PSC sus trapos sucios y alertar a los votantes nacionalistas que le disputa CiU de un probable pacto de Artur Mas con el PP. ERC piensa hacer todo ello en una cincuentena de grandes actos y más de un centenar de locales en los que el tándem Josep Lluís Carod – Rovira y Joan Puigcercós repetirá machaconamente cuatro o cinco propuestas concretas, detallistas y ligadas a la mejora de la vida cotidiana que se puedan memorizar fácilmente.
La estrategia de CiU de agitar el miedo a la inmigración como centro de su campaña ha obligado a los republicanos a corregir el tiro. Por ello, Carod empezará hoy su esprint hacia el 1 – N explicando precisamente el programa de ERC sobre inmigración. Según el diputado Uriel Bertran, responsable de comunicación republicano y miembro del equipo que dirige la campaña, su intención es zanjar hoy “un falso debate introducido irresponsablemente por ICV y seguido por CiU”.
Acercándose a los convergentes, Carod insistirá en que los inmigrantes no pueden aspirar a derechos sin cumplir deberes y en la necesidad de un pacto nacional para que la Generalitat regule los flujos de extranjeros que se benefician de su red educativa y asistencial.
Lo que sí avanzan los estrategas republicanos es que se sacudirán el estigma de “irresponsables e inmaduros” destacando su parte de obra de gobierno – – en especial el Pacte Nacional per l’Educació – – y metiendo el dedo en el ojo a sus exsocios. “El máximo desbarajuste del tripartito ha sido en conselleries del PSC”, argumenta Bertran, que cita el accidente del Carmel y la huelga de médicos.