El mar deja en Mauritania los cuerpos de 15 'sin papeles' muertos en el viaje a Canarias

El país africano cree que puede haber bastantes más fallecidos, aunque rescató con vida a 179 subsaharianos

El Correo, 28-08-2006

EL CORREO/BILBAO

Los subsaharianos exhaustos que llegan al litoral de Canarias constituyen, por sarcástico que pueda parecer, la cara afortunada del fenómeno de los cayucos. Un número incalculable de ‘sin papeles’ que emprenden la travesía hacia el archipiélago se ahogan tras naufragar o sucumben a la sed y el agotamiento en algún momento del viaje. El mar ha devuelto a la costa mauritana en los últimos días los cadáveres de quince de estos emigrantes que nunca alcanzaron su destino.

Todo apunta a que las víctimas formaban parte de una expedición de dos pateras que fue interceptada por las autoridades de Mauritania: al fallecer durante la travesía, sus compañeros se habrían visto obligados a arrojar sus cuerpos al mar, aunque tampoco se puede descartar que navegasen en un tercer cayuco que se haya ido a pique. Cuando los servicios de rescate alcanzaron las embarcaciones – una de ellas, a punto de hundirse – , quedaban a bordo 179 subsaharianos. Habían zarpado del norte de Senegal y llevaban más de una semana debatiéndose en el Atlántico.

Los quince cadáveres aparecieron en una playa situada al norte de la capital, Nuakchot. El océano devolvió en una sola jornada catorce cuerpos, que ya han sido enterrados en presencia de diplomáticos de Gambia y Senegal, y ayer depositó los restos de otra persona en el mismo tramo de costa. Según informaron a la agencia Efe fuentes de Protección Civil de Mauritania, los fallecimientos se produjeron por deshidratación, debido al calor y la falta de agua potable en los cayucos. Las autoridades mauritanas creen que puede haber más muertos, incluso docenas, según admitió un oficial de Policía. Un autobús trasladó ayer hasta Senegal a 91 de los supervivientes.

Acuerdo con Senegal

Es el quinto suceso similar que se ha registrado en el ‘tramo africano’ de la travesía durante el último mes. A finales de julio, al menos 33 emigrantes se ahogaron al naufragar sus pateras frente a Marruecos y Senegal. Unos diez días después, murieron 19 al estallar una bombona de gas en su cayuco. El 12 de agosto, fueron 28 los fallecidos cerca del litoral mauritano, y este mismo sábado se contabilizaron ocho más. El Gobierno español ha firmado el jueves un acuerdo con las autoridades de Senegal, a las que proveerá de medios aéreos, marítimos y terrestres para frenar la partida de cayucos de su territorio. Además, el país africano ha aceptado esta semana participar en el plan europeo Frontex, que contempla patrullas para controlar la actividad migratoria desde sus costas.

No obstante, las últimas pateras que han alcanzado España no han seguido esa ruta, sino la que va desde el norte de África hasta Andalucía. Más de 130 inmigrantes han llegado a la costa meridional española durante el fin de semana, a bordo de diez pateras. Las últimas, en cuyo pasaje figuraban al menos nueve menores, fueron interceptadas en aguas de Motril (Granada), Torrox (Málaga) y Alborán (Almería).

La presidenta de la asociación Málaga Acoge, Elena Muñoz, se pronunció ayer sobre la polémica acerca del reparto entre distintas autonomías de los inmigrantes llegados a Canarias. Según puntualizó, estos traslados son «algo frecuente» desde 1998, cuando se traía a los extranjeros a la Península desde Ceuta y Melilla, y no constituyen «motivo de alarma» porque la mayoría «se reparte después por todo el territorio español» a través de «redes naturales» de familiares o compatriotas. Muñoz opinó, además, que las posturas alarmistas sólo generan «brotes de racismo».

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