EL REVÉS DE LA TRAMA
EL REVÉS DE LA TRAMA: Ineficacia
El Mundo, 28-08-2006La peor respuesta a la inmigración ilegal es la que está dando el Gobierno. Es tan mala que no es una solución sino una creación de problemas. Dejar a los inmigrantes indocumentados a su suerte con unos euros en el bolsillo y sin un destino preciso es generar situaciones de irregularidad y llamar a los que esperan turno para retar a la muerte. Una vez en la calle, sin un conocimiento mínimo del idioma, sin una perspectiva concreta, los inmigrantes tratan de salir adelante como pueden espoleados por el convencimiento de que han recibido algún tipo de apoyo oficial a su aventura. Y, mientras tanto, la preocupación crece entre los ciudadanos ante el aumento constante de una población que en realidad es clandestina y enigmática, para la que no cuentan, lógicamente, las normas que rigen para todos los demás, incluidos los inmigrantes regularizados entre nosotros.
La inmigración es necesaria para España y además no podemos negarnos a ella como nación que ha precisado históricamente de la emigración ni como personas que tenemos el deber humano de ayudar a nuestros semejantes. Pero una cosa es tratar adecuadamente el problema de la inmigración – y ayudar de verdad a quien lo necesita, como hacen por ejemplo tantas instituciones religiosas, aunque no se les reconozca – y otra cosa es actuar como el Gobierno, que se produce embarulladamente, sin saber qué hacer, sin un oportuno plan. Ni siquiera ha logrado pactar con los gobiernos extranjeros responsables de que sus ciudadanos se jueguen la vida para alcanzar las costas españolas. Ni siquiera ha conseguido la ayuda y el respaldo de la Unión Europea, que desconfía de un Gobierno que no sabe por dónde se anda. Ni siquiera ha sabido echar una mano a las autoridades autonómicas de Canarias, desbordadas por una avalancha que con sus solas fuerzas no pueden gestionar. Ni siquiera ha redistribuido equitativamente a los inmigrantes por las distintas comunidades de España.
La política de inmigración de este Gobierno es torpe y aturdida. Lo peor es que no desentona de otras gestiones, como ha quedado demostrado este mes de agosto. El Gobierno se ha mostrado inepto con los incendios de Galicia y en el asunto vidrioso de la negociación con ETA ha perdido clamorosamente la iniciativa ante los terroristas, que se han dedicado estos días a marcar la agenda, a reconquistar la calle y a amenazar. Es que el Gobierno, dicen algunos, estaba de vacaciones. No; es que el Gobierno, en realidad, para ciertos temas, está de vacaciones desde hace mucho tiempo.
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