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¿Se exponen las mujeres a los mismos riesgos laborales que los hombres?

EL CORREO y Osalan organizan un encuentro que analiza las consecuencias de la desigualdad en la seguridad laboral

El Correo, , 21-11-2024

«¿Se exponen a los mismos riesgos laborales mujeres y hombres? ¿Les afectan de la misma manera? Ten en cuenta que los lugares de trabajo, la maquinaría, las herramientas y los equipos de protección están diseñados desde parámetros anatómicos masculinos, que el efecto toxicológico y la respuesta osteomuscular ante posturas y cargas puede ser diferente o que la organización de los tiempos está pensada para personas con disponibilidad total, sin responsabilidades de cuidados». Este es uno de los mensajes de la campaña de Osalan para concienciar a empresas y trabajadores de la necesidad de incorporar la perspectiva de género a las políticas de prevención de riesgos laborales. Un objetivo que ayer abordó EL CORREO en el foro organizado en colaboración con el propio Instituto Vasco de Seguridad y Salud laborales y que contó con la participación del vicelehendakari segundo y consejero de Economía, Trabajo y Empleo del Gobierno vasco, Mikel Torres, junto con la directora general de Osalan, Lourdes Iscar.

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En este foro, la responsable de Área de Prevención de Riesgos Laborales del organismo público, Victoria Álvarez, explicó que la perspectiva de género «va más allá del embarazo, lactancia y los protocolos contra al acoso», y que la primera razón que obliga a revisar los planteamientos clásicos de seguridad es que están pensados «para un tipo de hombre concreto». Es decir, el que desempeña unas ocupaciones muy concretas, básicamente en la industria y la construcción.

«Invisibilizadas»
De modo que si bien ellos tienen más accidentes y sufren más enfermedades laborales, son ellas las más desatendidas, «invisibilizadas», por la prevención. Buena prueba es que, como destacó después la técnica Alazne Azpiroz, el servicio doméstico estaba hasta este mismo septiembre fuera de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales pese a que solo en Euskadi el sector da empleo a 35.000 mujeres, «casi tantas como hombres trabajan en la construcción». Otro ejemplo: cuando la Organización Mundial para la Salud relaciona los riesgos cardiovasculares con las largas jornadas laborales «tienen en cuenta el trabajo remunerado, pero no el que se realiza en casa, que sigue siendo sobre todo cosa de mujeres». Y otro más: los hombres logran que se les reconozcan más enfermedades laborales porque el protocolo, «que no se ha tocado en mucho tiempo», relaciona patologías con agentes y actividades y en él no se han incluido ni los factores psicosociales ni trabajos que están muy feminizados.

Diferencias
«Ni nos afectan los mismos riesgos laborales ni enfermamos de la misma manera»
Mujeres migrantes
Y si el sexo resulta determinante para establecer los riesgos laborales a los que se expone cualquier persona, más lo es aún para los migrantes. La socióloga Yolanda González-Rábago presentó en el foro algunas de las conclusiones del estudio sobre esta cuestión encargado por Osalan al Grupo de Investigación en Determinantes Sociales de la Salud y Cambio Demográfico (Opik) de la Universidad del País Vasco. «La temporalidad, los bajos salarios y la falta de derechos laborales de las formas atípicas de empleo, que en las últimas décadas se han ido convirtiendo en una norma, hacen que el trabajo tenga un impacto negativo en la salud, que además no toca de la misma manera a todos los grupos sociales», señaló.

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Alazne Azpiroz, Yolanda González-Rábago, Victoria Álvarez y Susana Federío.
«Los foráneos y dentro de este grupo aún más las mujeres están especialmente afectados por su sobrerrepresentación en empleos precarios, algo que a su vez está determinado por las dificultades para homologar sus estudios y experiencias laborales previas, por carecer de una red de apoyo social, por tener miedo a la represalias, por presentar dificultades lingüísticas, porque las empresas que los contratan no tienen cultura de la prevención y por prácticas discriminatorias del mercado laboral», resumió González-Rábago.

También hizo referencia a las migrantes Susana Federío, directora gerente de la Fundación Laboral de la Construcción, entidad que ha lanzado la campaña ‘Berdiduz’ (igualando) para inculcar la perspectiva de género «en un sector en el que lo primero que te dicen es ‘pero si aquí no hay mujeres’». «Y no es cierto, sí las hay, pero hacen falta más. Entre otros problemas, tenemos una grave falta de relevo generacional. Así que sería muy interesante lograr que se incorporen a nuestras empresas en vez de emplearse en trabajos peor remunerados, pero para eso tenemos que garantizar su seguridad», señaló.

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