Primer paso para que el PP se quede solo en los Presupuestos de Burgos, ciudad cuyo Ayuntamiento comanda en coalición con Vox. El partido de extrema derecha ha votado en contra de la propuesta presupuestaria planteada por sus socios en la Comisión de Hacienda, trámite previo para que este viernes se debatan definitivamente en el Pleno municipal. Vox se niega a respaldar el proyecto del PP porque la alcaldesa, Cristina Ayala, rectificó en su plan conjunto con los ultras de eliminar los fondos públicos para tres oenegés que asisten a migrantes.
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La presión social marcó este desmarque del PP, pero sus aliados se negaron a imitarlos. Además, sus propuestas alternativas no han tenido el apoyo de Ayala. La alcaldesa aseguró la semana pasada que si Vox la dejaba sola barajaría presentar una moción de confianza.

El posicionamiento negativo de los de Fernando Martínez-Acitores, líder de Vox en Burgos y vicealcalde, llega después de que hayan sido rechazadas sus mociones en esa Comisión de Hacienda. Él pedía que la suma destinada a esas oenegés ―119.000 euros― se aplicara también a Juventud, Infancia y Mayores. El PP lo ha desestimado y ha obtenido así el no de sus socios de corporación. El PSOE, el otro partido con representación entre los ediles burgaleses, ya anunció que votaría en contra de ese proyecto presupuestario.

Este escenario, salvo giro desde este momento hasta el viernes, implica dos vías para la alcaldesa. O bien someterse a la cuestión de confianza que barajó la semana pasada o bien prorrogar los números del año anterior. Sin embargo, en las últimas semanas ha insistido en la idoneidad de los Presupuestos tejidos junto a Vox.

La controversia política llega con un contexto de división entre los grupos que comandan el Consistorio. Hace dos semanas que el PP y Vox dieron a conocer las cuentas sopesadas para 2025, que implicaban retirar los 119.000 euros asignados la campaña anterior a Accem Burgos, Atalaya Multicultural y Burgos Acoge, tres asociaciones solidarias en apoyo a los migrantes.

Sí mantenía fondos para la católica Cáritas, quien renunció a la aportación en apoyo a las otras entidades. El revuelo social, empresarial y mediático, con una manifestación de unas 5.000 personas en la plaza Mayor de Burgos, propició que Ayala se desdijera y anunciara la semana pasada que sí mantendría esa subvención municipal.

El PP esgrimió en todo momento que esa medida era una exigencia de su socio en el poder y que de gobernar en solitario no hubiera actuado así, pero que era una orden de Vox para sustentar esos presupuestos. La extrema derecha ha insistido en sus tesis de “efecto llamada” y clamando para que no se financien a esas organizaciones altruistas. El PSOE ofreció su apoyo al plan presupuestario si recuperaba los convenios suprimidos en materia de Memoria Democrática y fondos destinados a Cooperación al desarrollo, así como pactar la modificación de crédito en los Presupuestos.