Polémica en Italia al relacionar un ministro los feminicidios con la inmigración irregular

Giuseppe Valditara, miembro de la Liga y titular de la cartera de Educación, considera que «el patriarcado murió hace 200 años» y que no tiene incidencia en la violencia contra las mujeres

Diario Vasco, Darío Menor Corresponsal. Roma, 20-11-2024

El asesinato machista hace un año de la estudiante Giulia Cecchettin a manos de su exnovio marcó un antes y un después en Italia en la lucha contra los feminicidios. Después de años de pasar casi desapercibidos tanto en el debate público como en los grandes medios, la brutalidad de aquel crimen y la ejemplar reacción de la familia de la joven provocó una enorme sacudida social frente a la magnitud de este problema. Según los datos del Ministerio del Interior, entre comienzos de 2024 y el pasado domingo se registraron en Italia 98 homicidios de mujeres, de las que 84 perecieron en el ámbito familiar y afectivo, siendo sus asesinos en 51 casos sus parejas o exparejas. Pese a la contundencia de los datos, para el ministro de Educación, Giuseppe Valditara, miembro de la Liga, el partido de extrema derecha liderado por Matteo Salvini, este problema no tiene que ver con el machismo.

«La visión ideológica querría resolver la cuestión femenina luchando contra el patriarcado, que murió hace 200 años», señaló Valditara en un mensaje en video mandado para la presentación de la Fundación Giulia Cecchettin en la Cámara de los Diputados este lunes. En su polémico análisis reconoció que todavía existen en Italia «residuos de machismo», pero consideró que con la reforma del derecho de familia de 1975 la «jerarquía» quedó sustituida por la «igualdad» como principio sobre el que se basa la familia, por lo que el patriarcado como fenómeno jurídico habría quedado ya desterrado.

A su juicio, la raíz de la violencia machista hay que buscarla en otros sitios. «No tenemos que hacer como que no vemos que el incremento de la violencia sexual está ligado a formas de marginalidad y a desviaciones en cierto modo descendientes de la inmigración ilegal», afirmó, advirtiendo a los extranjeros que «vienen a vivir con nosotros» que la Constitución italiana «no admite discriminaciones basadas en el sexo».

Las declaraciones de Valditara provocaron una cascada de críticas, comenzando por Elena Cecchettin, quien le recordó que su hermana Giulia fue asesinada «por un chico italiano, blanco y de buena familia». Valeria Valente, senadora del Partido Democrático (PD), principal fuerza política de la oposición de izquierdas, señaló por su parte que la violencia contra las mujeres es «transversal a todas las clases sociales, al nivel cultural y al censo, como dicen todos los estudios, entre ellos los informes de la Comisión de Investigación sobre los Feminicidios».

Aunque esta parlamentaria opositora exigió a la primera ministra que se distanciara de las palabras de Valditara, Giorgia Meloni trató de defenderlo al afirmar que «hay datos que hablan de una incidencia significativa de la inmigración ilegal» en los feminicidios. Lejos de recular, Valditara se reafirmó en su posición al recordar que el patriarcado «no existe desde 1975», cuando se reformó el derecho familiar, acusando a los partidos de izquierdas de «instrumentalizar» sus palabras para «batallar» en lugar de «luchar contra la violencia a las mujeres».

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