Darna es una superheroína femenina filipina ideada por Mars Ravelo que defiende a aquellos que no pueden valerse por sí mismos. La luz de la vida contra la oscuridad y el odio. F. C. Darna es un milagro en forma de equipo de fútbol integrado solo por jóvenes migrantes sin referencias familiares, que llegaron en busca de un futuro mejor y a los que ofrece una oportunidad de integración por medio del balompié. Un sueño a la medida de la realidad y una buena manera de darle patadas al racismo. Juega en las competiciones catalanas, en las que suelen marcarle muchos goles a los estigmas. El equipo colabora con Goals for Change, proyecto que impulsa Art for Change. Una llamada a las conciencias y, en fin, un entramado de altruismo imprescindible en tiempos de Toma el dinero y corre. Un aliento de esperanza en días en los que los principios acaban en el cajón del reciclaje. Sobre todo con lo que se avecina desde el otro lado del gran lago. El pasado sábado, el nuevo sheriff del valle, Donald Trump, y su colega Elon Musk fueron a darse un baño de masas a una pelea de artes marciales mixtas en el Madison Square Garden, una exquisitez intelectual para celebrar la victoria. Un sello de la nueva era. Parece que estos vienen dispuestos a vender odio al peso. Creo que esta película ya la vimos: Por un puñado de dólares. Ya íbamos bien puestos con 1.000 días de carrera de bombas y muertes inocentes iniciada por Putin. Ahora que Trump se ha encaramado al trono del planeta, está por ver si acaba enfrentado en duelo al nuevo zar o entre ambos se reparten el valle a costa de los demás colonos. Ojalá Darna pudiera protegernos.