Editorial

Trump pone en marcha su plan

Los primeros pasos del presidente electo de EEUU, sobre todo en los nombramientos de su futura Administración, anticipan una etapa aún más radical y peligrosa en la que imperaría la antipolítica

Diario de noticias de Gipuzkoa, , 18-11-2024

El arrollador triunfo de Donald Trump en las pasadas elecciones presidenciales puso en alerta a gran parte de Estados Unidos y del mundo. Los primeros pasos dados por el presidente electo, especialmente en los nombramientos de la que será su futura Administración aunque aún faltan casi dos meses para su toma de posesión, preocupan y aterran no ya únicamente a sus detractores sino incluso en las propias filas del Partido Republicano. Como ya sucediera en su primera etapa en la Casa Blanca, Trump está dispuesto a irrumpir como elefante en cacharrería en la Administración de la primera potencia del mundo haciéndose con el poder absoluto –y absolutista– y controlando el Estado a su imagen y semejanza bajo un liderazgo férreo e indiscutible. Trump parece haber leído el mensaje de su victoria en las urnas como un aval absoluto a su obsesión contra lo que denomina el “stablishment” alojado en Washington y cumplir su eslogan de “Hacer América grande otra vez”. Los hombres, y alguna mujer, elegidos por Trump para su gabinete y puestos de alta responsabilidad componen una suerte de nómina de fieles, radicales ultras, lobistas de todo tipo y, sobre todo, defensores acérrimos de la antipolítica y de la guerra cultural de la ultraderecha mundial que son el santo y seña trumpista. Con el multimillonario dueño de X y Tesla, Elon Musk, como mano derecha con un programa para una reforma drástica de la Administración que buscará desmantelar lo público con el fin de que crezca el negocio privado del que pueda pagarlo, Trump se ha rodeado, por ejemplo, de un destacado antiinmigración (Marco Rubio) como secretario de Estado; un doctrinario de las políticas más duras contra la inmigración (Stephen Miller), como subdirector de Política; un antivacunas furibundo (Robert F. Kennedy) como secretario de Salud; un ultra que fue investigado por abuso sexual a una menor (Matt Gaetz) que será el fiscal general del Estado; un presentador (Pete Hegseth), también acusado de violación; una proisraelí (Elise Stefanik) como embajadora ante la ONU… A todo ello, hay que añadir interferencias tanto de Trump como del propio Musk en política internacional y en conflictos abiertos como Israel, Ucrania o Irán. La caja de los truenos está abierta sin que el Partido Republicano, dividido ante estos desmanes, parezca capaz de pararlo.

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