El discurso racista y xenófobo que el ya presidente electo, Donald Trump, difundió durante la campaña electoral y que ha continuado como anticipo de lo que será la próxima Administración ha calado entra la población y ya se perciben los efectos. Si poco después de conocerse la victoria del republicano ciudadanos afroamericanos recibieron mensajes de texto de odio, que insinuaban la vuelta a la esclavitud, ahora el objetivo también son los latinos. Así lo ha informado el FBI en un comunicado: “Los destinatarios de los mensajes de texto ahora se han ampliado a estudiantes de secundaria, así como a las comunidades hispana y LGBTQIA+. Algunos destinatarios informaron que les dijeron que habían sido seleccionados para ser deportados o para presentarse en un campo de reeducación”.

Los mensajes se recibieron por correo electrónico, informa la agencia. Varias organizaciones de defensa de los migrantes ya habían advertido de la ola de odio y racismo que se avecina como consecuencia de la criminalización de los migrantes. En numerosas apariciones públicas, Trump ha calificado de asesinos y violadores a los extranjeros que residen en el país sin documentos, prometiendo que los expulsará tan pronto asuma el poder el 20 de enero.

La organización decana de la comunidad latina, LULAC (Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos, por sus siglas en inglés), ha reaccionado con un comunicado en el que condena los mensajes. “Estos actos de odio no son solo ataques a individuos, sino una amenaza a los valores de igualdad, democracia y seguridad que definen nuestra nación”, ha dicho su presidente, Roman Palomares, en un comunicado.

“Los latinos son una parte integral del tejido de Estados Unidos y contribuyen a nuestra economía, cultura y resiliencia. Cualquier intento de amenazar o intimidar a nuestra comunidad es reprensible y no será tolerado. En un momento de mayor temor en la comunidad latina sobre las deportaciones masivas, estos mensajes generan aún más inquietud y pánico”, añade.

Desde las elecciones, muchos migrantes indocumentados y sus familias reconocen estar pasando momentos de ansiedad. Las consultas a las organizaciones pro derechos humanos y civiles se han disparado, porque la amenaza de que los expulsen del país se hace cada vez más evidente. Temen salir a la calle o ir al trabajo y no volver a sus casas, sin poder ni siquiera avisar a sus familias y sin saber lo que les depara. Los defensores les recomiendan buscar consejo legal y que se preparen desde ahora para tener un plan de contingencia, que incluya medidas como a quién dejar a cargo de sus hijos o sus propiedades en caso de ser detenidos.

Trump ha confirmado sus intenciones de llevar a cabo las expulsiones al poner al mando de la política migratoria a tres halcones de la línea dura: la gobernadora de Dakota del Sur, Kristi Noem, como secretaria de Seguridad Nacional; Tom Homan, arquitecto de la separación de familias durante el primer mandato de Trump, como “zar de la frontera”, y Stephen Miller, férreo defensor de la deportación, como jefe adjunto de Gabinete de la Casa Blanca.

Esta semana, nada más conocerse la elección de Homan y Miller, se sucedieron los mensajes xenófobos y racistas en la red social X de usuarios que celebraban los nombramientos como una garantía de que las deportaciones serán un hecho.

A pesar de las amenazas el FBI informa de que no se han producido actos violentos. “Aunque no hemos recibido informes de actos violentos derivados de estos mensajes ofensivos, estamos evaluando todos los incidentes reportados y colaborando con la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia. También compartimos información con nuestros socios encargados de hacer cumplir la ley y líderes comunitarios, académicos y religiosos”, comunica.

Las organizaciones pro migrantes se han unido para pedir acciones que protejan a los migrantes. En su comunicado, LULAC insta a los líderes de los dos partidos a que “denuncien estas acciones de manera inequívoca y reafirmen su compromiso con la seguridad, la inclusión y el respeto, independientemente de nuestras diferencias”.