«Los jóvenes migrantes son conscientes de los prejuicios que existen sobre ellos»

Un informe elaborado por la entidad SIC4Change pone el foco en las barreras laborales a las que se enfrenta la juventud migrante

Canarias 7, Sara Toj Las Palmas de Gran Canaria, 18-11-2024

Mokhtara es un chico de 23 años que emigró a Bélgica desde Marruecos para encontrar nuevas oportunidades. Desde hace 10 meses, la vida le llevó hasta Gran Canaria, donde sigue en busca de un futuro para el que se está formando de manera constante. En su país de nacimiento pudo estudiar para ser mecánico, y aunque no descarta otras profesiones, le gustaría dedicarse a ello.

Como él, miles y miles de jóvenes se enfrentan a las dificultades que existen para acceder al mercado laboral, en el que se encuentran con diversas barreras como los prejuicios y la falta de reconocimiento de sus habilidades y destrezas.

Y a esas barreras, en el caso de las personas migrantes, se unen otras que son específicas para ellas, puesto que tienen mayores dificultades «administrativas y también al acceso a la información, lo que les permitiría tomar decisiones de manera autónoma». Así lo explicó Aidira Suárez Medina, técnica de proyecto en la iniciativa ‘Juventud como agente de cambio, intervención social con juventud migrante’ y que desarrolla la entidad social SIC4Change.

Esta organización busca «soluciones alternativas a problemas sociales persistentes» y, ayer, presentó su informe ‘Exchange–Intercambios sociocomunitarios hacia el cambio’ a través del cual se ha llevado a cabo una investigación en la que se ha escuchado a diferentes actores sociales (empresas, jóvenes migrantes, administración pública) para conocer los problemas que tienen y cuáles son «las soluciones que quieren ver en marcha».

En este trabajo en el que han participado 100 personas que residen en Gran Canaria (en concreto en la zona de Las Palmas de Gran Canaria y Telde), se ha percibido que la juventud migrante es «totalmente consciente de los prejuicios que existen a nivel social sobre ellos», por lo que ponen en valor «que son personas que tienen muchas ganas de aportar a la sociedad», como explicó Suárez.

Así, para enfrentarse a esas falsas ideas que existen sobre ellos, intentan darle más importancia a las habilidades que tienen, a trabajar para desarrollarlas aún más, para así encontrar posibilidades en los territorios a los que emigran.

Dentro de este escenario, el «granito de arena» lo aporta que los jóvenes sean capaces de reconocer sus cualidades. «Esta situación se puede revertir, pero para ello hay que trabajar conjuntamente, si se trabaja en red, entre nosotras, es posible», puntualizó Suárez.

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