Antonio Scurati, escritor italiano «Mussolini es hoy mucho más popular que Hitler»
Vituperado por Meloni y los neofascistas, el autor de 'M', la monumental tetralogía novelada del Duce y su movimiento, es «el enemigo intelectual número uno» en Italia / «Las camisas negras, pardas o azules no volverán tal como las conocemos, porque han regresado con otra apariencia»
Diario Vasco, , 18-11-2024La presidenta italiana, Giorgia Meloni, lo denigra y vitupera sin piedad desde su página en Facebook. Como el presidente del Senado italiano, el neofascista mussoliniano Ignazio La Russa. Está vetado en la RAI y recibe constantes amenazas. Antonio Scurati (Nápoles 1969) sabe que se ha convertido en «el enemigo intelectual número uno en Italia» ¿Su delito? Escribir cuatro monumentales novelas sobre Benito Mussolini y el fascismo que han abierto los ojos a varias generaciones de italianos sobre como se siembra y explota el odio. Las titula genéricamente ‘M’, lo que ha servido para que la ultraderecha hable de él como ‘El hombre de M’, equiparándolo con ‘El hombre de mierda’.
«No debemos esperar el retorno de las camisas negras, pardas o azules. No volverán tal como las conocemos, porque han regresado con otra apariencia», alerta Scurati sobre el resurgir de los movimientos totalitarios en Italia, Alemania o España. Aquí presenta ‘M. La hora del destino’ (Alfaguara), última entrega de la tetralogía conformada con ‘M. El hijo del siglo’, ‘M. El hombre de la providencia’ y ‘M. Los últimos días de Europa’. Firma tambine el ensayo ‘Fascismo y populismo. Mussolini hoy’. (Debate)
Scurati es toda una autoridad sobre fascismo, pero se niega a tildar a Donald Trump de fascista. Cree que es «algo peor». «Soy contrario a una traslación inmediata del término fascista a un político autoritario. Trump no proviene de una cultura política fascista; no proviene de ninguna cultura política, y ese es el verdadero peligro.
Llamarle fascista nos puede despistar sobre el peligro real: el populismo soberanista que ya está en las casas de la democracia, que se extiende como una mancha de aceite por todo el mundo occidental y que ya gobierna en algunos países», lamenta.
Trump ha comenzado ya a aniquilar las señas de identidad de la democracia estadounidense a juicio de Scurati. «Encarna a la perfección lo que el populismo heredado del fascismo, en especial de Mussolini. Hitler era otra cosa y Mussolini es hoy mucho más popular que Hitler, como primer líder populista de la historia para Trump y otros líderes».
Los cruzados de Trump
«Ninguno de los esbirros de Trump llevará la camisa negra y no es necesario que lo hagan. Pero el nuevo Secretario De Defensa, Pete Hegseth, presentador en la cadena Fox, lleva tatuada en el pecho la cruz de los cruzados. No es necesaria la camisa negra, insisto, para dar un salto atrás de un milenio».
Ha preferido Scurati novelar la historia de Mussolini y el fascismo convencido de que «la forma más alta del arte es la popular». Aceptarlo ha sido su manera de llegar a varias generaciones de jóvenes que habían dado la espalda al pasado. «Ha habido una interrupción violenta en la transmisión de la memoria histórica, una cancelación programática de negación de la historia», denuncia.
Tener el coraje de decir las cosas como son tiene un coste altísimo en Italia. Que se lo digan a Roberto Saviano, en la mirilla de la mafia por desvelar sus entresijos, y que vive escoltado y oculto por enfrentarse al poder criminal. «Saviano es un viejo amigo a quien conozco desde antes de que publicara ‘Gomorra’, pero el coste para mi no ha sido tan alto», admite.
Portada de la novela y el ensayo de Securati.
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Portada de la novela y el ensayo de Securati. Alfaguara-Debate
«Me he enfrentado al poder legalmente elegido, he sufrido agresiones políticas y verbales a menudo muy vulgares. Soy el enemigo intelectual número uno para la prensa de derechas que me ataca sin freno ni disimulo. El diario de derechas ‘Libero’, dirigido por el ultraconservador biografo de Meloni, me bautizó en portada como ‘El hombre de M’, y cualquier italiano sabe asimilarlo a ‘el hombre de mierda’», explica.
Le han dejado bolsas con excrementos en la puerta de su casa y pintadas denigrantes en la fachada. Ha estado a un paso de vivir con escolta porque «esta forma de poder político que practica la intolerancia con agresiones verbales y personales, pero nunca con las ideas, no tolera la crítica, apoyándose en el axioma populista de que el líder es el pueblo, y el pueblos es el líder. Quien lo critique será enemigo del pueblo y habrá que silenciarlo», Denucia así que políticos como Meloni «ataca cualquier narración antifascista porque desean reescribir la historia revaluando el fascismo».
Pero no quiere Scurati que su crítica le obnubile. «Es fácil y cómodo caer y hasta encerrarse en la superioridad moral y estética etiquetando a un adversario político y a otros como fascistas, nazis o franquistas, cuando el fenómeno es más complejo. Involucra a millones de personas de bien, trabajadores, padres y madres de familia que jamás ejercerán la violencia física o verbal, pero que apoyan a los populistas que recurren a ella». «El verdadero problema es el apoyo de esos moderados», concluye lamentado quw «este clima político-cultural, esta censura, estos ataques personales a los intelectuales hagn que estemos muy lejos de la libertad de expresión».
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